Cómo la natación puede ayudar a tu hijo a ser mejor estudiante

La resistencia del agua, explica González, «provoca que este ejercicio aeróbico de alta intensidad requiera de un mayor esfuerzo que otros deportes, pero a su vez, el espacio en el que se practica ayuda a reducir el impacto en las articulaciones de quienes lo ejecutan convirtiéndose en el menos lesivo».

Además, apunta este docente, «son diversos los estudios que demuestran que realizar ejercicio en el medio acuático, promueve la relajación y disminuye el estrés y la ansiedad. Esto se debe, entre otras cosas, a que durante su práctica el cuerpo inhibe la producción de cortisol, que es la hormona responsable del estrés y la ansiedad y aumenta los niveles de serotonina, responsables de la felicidad«.

Tal y como afirman los expertos, este deporte no solamente brinda bienestar al organismo, sino que también influye en el desarrollo de las aptitudes psíquicas y neurológicas de los individuos lo que le convierte en una actividad esencial para el aprendizaje. Dicho esto, ¿cuáles son los verdaderos beneficios de esta disciplina para los niños?

Además, contrariamente a lo que sucede en otros deportes, la natación puede ser practicada desde edades muy tempranas, lo que permite favorecer el desarrollo psicomotriz y cognitivo de los más pequeños desde la infancia, promoviendo una enorme mejora en su capacidad para el aprendizaje. «Los movimientos que se realizan durante la práctica de esta disciplina, como son los movimientos bilaterales de patrones cruzados y las brazadas, ayudan a activar tanto hemisferio izquierdo como el derecho además de los cuatro lóbulos cerebrales del alumnado, lo que permite aumentar su cognición y, por ende, su habilidad de aprendizaje», asegura el profesor del colegio Mirasur School.

Por otro lado, otra de las razones que hacen que esta disciplina deportiva sea considerada relevante para el aprendizaje es la influencia que tiene en el desarrollo de las aptitudes psíquicas y neurológicas de los niños. A través de este deporte, indica González, «el cerebro libera una serie de sustancias químicas que ayudan al desarrollo cognitivo y de la memoria promoviendo la creación de nuevas conexiones cerebrales».

Así, asegura este profesor, «se ha demostrado que la práctica diaria de este deporte durante veinte minutos mejora considerablemente el rendimiento académico de los alumnos, siendo más beneficioso realizarlo antes del estudio. El agua produce relajación y sensación de bienestar, así como de concentración al omitir los sonidos externos y centrar en su 'yo', sintiendo cada brazada, regulando sus respiraciones y escuchando a su cuerpo. Tras el ejercicio, el alumnado se encuentra relajado, sin estrés y con un nivel de atención mayor«.

Además de lo anteriormente mencionado, concluye González, «esta disciplina ayuda a fortalecer el sistema inmunitario de los más pequeños y es clave para ciertos tipos de rehabilitación. Por último, cabe recalcar que, a día de hoy la natación se ha convertido en un poderoso instrumento pedagógico, educativo y formativo que ayuda a promover y fomentar, en todos aquellos que la practican, actitudes y valores positivos necesarios para la vida.