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La motivación y el interés del alumno: la clave de la excelencia académica
Aprendemos del caso de éxito del Colegio Virgen de Europa, un reconocido centro madrileño que educa desde la exigencia y la libertad

A principios del siglo pasado, John Dewey, padre de la pedagogía centrada en el niño puso de relieve la importancia de aprender desde el interés por los contenidos cambiando el enfoque de cómo se transmitían los aprendizajes hasta ese momento, de manera unidireccional y sin apenas participación del estudiante.
Ya en nuestros días, tras importantes estudios pedagógicos en este sentido, podemos confirmar que se aprende mejor y de manera más significativa cuando el entorno es positivo y estimulante y cuando el alumno se siente seguro y motivado.
Sin embargo, en nuestro país, la desmotivación es un problema relevante que contribuye al abandono escolar prematuro (EAP) y al fracaso académico, afectando al 20% de los estudiantes. Este porcentaje es casi el doble del promedio europeo (11,5%).
Por este motivo, conseguir la motivación del alumno y poner el foco no solo en qué se aprende, sino en cómo se aprende, es uno de los grandes desafíos actuales para los docentes y equipos directivos de los centros educativos.

Nos preguntamos: ¿es posible conciliar un demandante currículum académico con una metodología activa que permee en todas las etapas y asignaturas? Y lo que es más importante, ¿ese modelo de aprendizaje que requiere un esfuerzo de personalización es garante de la excelencia en los resultados?
Nos interesamos por un colegio madrileño con más de 65 años de experiencia que puede responder afirmativamente a estas dos cuestiones, apostando por este tipo de metodología y en el que se fomenta un aprendizaje autónomo y en libertad. Se trata del Colegio Virgen de Europa, referente en innovación pedagógica y que se mantiene año tras año en los primeros puestos de los rankings de los mejores colegios de España.
Visión 'alumnocéntrica' desde 1968
Según su directora pedagógica, Mencía Granados, el colegio es fiel al legado de su fundadora, Josefina Unturbe, una mujer avanzada a su tiempo que en los años sesenta abordó un modelo educativo propio, mixto, en el que situó al alumno en el centro como protagonista de su propio aprendizaje. En sus palabras: «El centro de la educación no es el docente ni tampoco los contenidos instructivos de la enseñanza, es el alumno como una persona a la que debemos ayudar a realizarse como es, en libertad».
El interés por aprender debe nacer de cada alumno de forma única, garantizando que entiende lo que aprende y que lo consolida de manera significativa para su desarrollo académico y personal. «Que nadie haga por el alumno lo que este puede hacer por sí mismo» (Unturbe).
Este enfoque educativo también redunda psicológicamente en la autoestima y determinación de los estudiantes, generando un bienestar que le permite estar seguro de sí mismo y de sus capacidades, de asumir con normalidad los errores y de no competir sino querer mejorar.
Asimismo, como sostiene Granados, además de trabajar esa motivación intrínseca del alumno, desde el colegio se construye y facilita un entorno estimulante, creativo y un clima positivo en el que todos son diferentes y están capacitados para alcanzar los mejores resultados.
Este centro tiene sus bases en la filosofía y principios del programa IB School, desarrollando y trabajando en metodologías de enseñanzas cooperativas, aprendizaje basado en proyectos, inteligencias múltiples y estrategias de pensamiento visible. De esta manera, sus clases se convierten en un espacio dinámico donde, como destaca Granados, «el profesor acompaña, no impone, orienta, estimula, celebra errores y señala metas como parte integral del proceso de enseñanza».
Estos son algunos otros ejemplos de cómo aplican en el Colegio Virgen de Europa su modelo educativo diferencial: profesores especialistas desde los 2 años, aulas temáticas por materia, fomento de las artes, pedagogía musical y deporte en todos los cursos... También cuenta con un Plan de Mejora Personal desde Infantil, en el que, con el acompañamiento de un tutor, el alumno define sus objetivos de crecimiento académico, personal y social.
La motivación y el gusto por descubrir y aprender desde el primer año de vida
Esta motivación intrínseca de la que hablamos es innata al ser humano, desde los primeros meses, los niños basan su desarrollo en la curiosidad, en la exploración o en el juego.

Por este motivo, en el Colegio Virgen de Europa la etapa de Educación Infantil es un momento fundamental que sienta unas bases sólidas para el posterior desarrollo académico.
«Animamos a los niños a que descubran e interpreten el mundo a su manera», afirma Granados, «les damos los materiales, los recursos para que desarrollen libremente su creatividad».
Se trata de una etapa en la que los niños pueden absorber todo tipo de estímulos y aprendizajes integrándolos como una experiencia divertida y de interacción con sus compañeros. En este colegio se trabajan proyectos y actividades de lo más motivador: juego manipulativo, experiencias sensoriales, pintura libre, manualidades, psicomotricidad, acercamiento a las ciencias desde el entorno y descubrimiento natural, pedagogía musical a través del violín, educación física y un gran espacio de juegos a prueba de mil aventuras... El inglés se aprende de manera natural a través de un modelo de inmersión.
En suma, para este centro pionero en innovación educativa y con más de 65 años de experiencia, el interés y la motivación del alumno son la llave que abre las puertas a la excelencia académica. Con ello se consigue que la experiencia escolar sea gratificante y se mantenga el gusto por aprender y ser mejores durante toda la vida.

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