Fútbol, música, teatro, ajedrez... ¿Qué actividad extraescolar es mejor para mi hijo?

«Las extraescolares tienen que ser consensuadas con ellos y, sobre todo, apuntarles a aquellas cosas que les hagan felices. No llenemos sus horas de actividades sin sentido para ellos, demos vida a ese tiempo y que aprendan jugando y disfrutando», subraya la experta.

En esta misma línea se sitúa Pilar Rospide, responsable de actividades del International College Spain (ICS): «Es importante que nuestros hijos hagan actividades extraescolares que les gusten. Así, tendrán la oportunidad de disfrutarlas, hacer amistades, crear vínculos y obtener diversas competencias, valores y hábitos esenciales para su desarrollo integral».

A cada familia le toca, por tanto, decidir qué actividad extraescolar puede aportar al niño en función de sus gustos, talentos o preferencias. Pero también teniendo en cuenta su edad. Tal y como siempre explica Álvaro Bilbao, neuropsicólogo, los primeros años de vida de cualquier niño son fundamentales porque es cuando su cerebro está madurando y aprende de todo lo que hay a su alrededor. «Si los primeros años son tan importantes en la maduración del cerebro y estas actividades programadas no son eficaces… ¿Cómo se puede ayudar al niño durante estos años? Muy sencillo, dándole mucho cariño, jugando mucho con el y ofreciéndole oportunidades para explorar el mundo y jugar con otros niños», escribe en su blog.

«Hasta los 4 años, lo adecuado es que jueguen en un parque con papá y mamá: ¡es su mejor extraescolar!», añade Reinoso. A partir de esa edad, toca probar e investigar esa actividad que mejor encaja con cada uno de nuestros hijos.

«Las actividades extraescolares les ayudan también al descubrimiento de talentos, habilidades y pasiones que, muchas veces, ni sabríamos que tenemos -comenta Rospide-. Además, desarrollan capacidades que se quedan con nosotros para toda la vida».

Importante es también evitar «reducir las extraescolares a clases particulares para reforzar aprendizajes que en el colegio van mal», añade la responsable de la UNIR, pues «es mejor potenciar talentos que no reforzar siempre debilidades». Por eso, además de los idiomas o matemáticas, existen extraescolares como las deportivas o las artísticas.

Para Rospide, también es importante tener en cuenta, tanto para niños como para adolescentes, realizar estas actividades al aire libre «por los numerosos beneficios que proporcionan al bienestar infantil. Salir a caminar, hacer yoga, saltar la cuerda, patinar o hacer ejercicio en contacto con la naturaleza son experiencias, además de más atractivas para los jóvenes, que les proporcionarán claves necesarias para su bienestar físico y psicológico».