Crecer en un mundo internacional

Ser un ciudadano global se puede fomentar desde casa, mediante la exposición a contenidos audiovisuales bilingües, el aprendizaje de terceros idiomas en actividades extraescolares, el estudio total o parcial en el colegio o la universidad en inglés y también mediante la convivencia con personas de otros países. Conocer nuevas culturas, abrirse a otros modos de pensar, nos prepara para el mundo actual.

Las sociedades cada vez son menos homogéneas y nuestros hijos deben adaptarse a esa realidad. Igualmente, la internacionalización se puede desarrollar fuera de España, con programas escolares de intercambio, campamentos de verano, experiencias de movilidad universitarias de estudios o prácticas en el extranjero. Y no menos importante, mediante el fomento de los valores y la solidaridad en el hogar, para sembrar en nuestros hijos un espíritu de empatía hacia personas más necesitadas de terceros países.

La internacionalización implica, ante todo, una capacidad de comunicarse, trabajar y relacionarse en entornos de convivencia multicultural. Y es ya un pilar de muchas de las instituciones educativas españolas, tanto a nivel universitario como de otras etapas. Los jóvenes de nuestro país cuentan con la ventaja de dominar una lengua, el español, muy relevante en el mundo de los negocios. Asimismo, tienen cada vez un mejor nivel de inglés, francés o alemán. España es un país muy abierto al turismo e integrador con la inmigración, y eso se nota también entre nuestros estudiantes, que están dispuestos a viajar, a recibir personas de otros países y aceptar la multiculturalidad.

Por ello, los alumnos españoles disponen ya de competencias fundamentales, que deben ser potenciadas a medida que crecen. La internacionalización es una herramienta indispensable en el mercado laboral y los padres, educadores y el conjunto de la sociedad no podemos ser ajenos a esa realidad.