Cómo conseguir que los niños aprendan a leer más rápido

«En la ronda de estudios anterior participaron 48 alumnos, y todos descifraron el código de la lectura», afirma Hermundur Sigmundsson, profesor del Departamento de Psicología de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU). Sigmundsson lleva muchos años trabajando en la enseñanza de la lectura. Esta vez ha llevado su experiencia a Vestmannaeyjar (Islandia), donde los alumnos de primer curso probaron una nueva forma de aprender y dominar el arte de la lectura. «Nos concentramos en cambiar la vida escolar cotidiana de los alumnos», dice el profesor Sigmundsson.

Los niños siguen un plan claro a lo largo de la jornada escolar. Antes de comer, aprenden primero habilidades básicas como lectura, matemáticas y ciencias. Durante las dos o tres primeras horas, también tienen que estar físicamente activos.

Después de comer, viene la clase práctica. En el primer año de escuela, la instrucción hace gran hincapié en las destrezas de lectura. La formación proporciona práctica específica e introduce la conexión entre las letras y los sonidos que siguen a las letras.

Hacia el final del día, el alumnado tiene su lección «motivacional», en la que pueden elegir entre cinco asignaturas diferentes, según su interés. Entre ellas, economía doméstica, música, carpintería, costura o pintura/dibujo. «Hemos desarrollado un procedimiento llamado 'READ'. Hace hincapié en los métodos más importantes para el aprendizaje, la psicología, la teoría de la motivación y la práctica dirigida», explica Sigmundsson.

Tal y como explica, la clave está en «sondear» las capacidades de los niños al principio del curso escolar, en septiembre, y en enero y mayo, lo que permite plantear los retos adecuados en relación con las capacidades.

Los resultados en lectura han sido «sobresalientes», según los investigadores. Basta con mirar los resultados de palabras sueltas, frases y texto. En primer lugar, en septiembre, el 58 por ciento de los alumnos de primer curso podían leer palabras sueltas. Ya habían descifrado el código de la lectura. En mayo, el porcentaje había aumentado al 100 por ciento.

En cuanto a frases sueltas, destaca que, en septiembre, el 28 por ciento de los alumnos de primero podían leer frases. En mayo, el porcentaje era del 96 por ciento. En lo que se refiere a un texto conectado, en septiembre, poco más del 8 por ciento podía leerlo. En mayo, esa cifra había aumentado al 88 por ciento. En un estudio noruego similar, el 73 por ciento de los alumnos descifró el código de lectura en mayo. El estudio noruego utilizó la misma prueba basada en encuestas, pero no el mismo método.

«Creemos que los resultados de Vestmannaeyjar son muy importantes», afirma Sigmundsson. «Este enfoque da como resultado niños satisfechos, profesores satisfechos y padres satisfechos», añade. Los resultados se han publicado recientemente en el primer artículo sobre el desarrollo y la investigación del proyecto en Islandia, que proporcionará instrucción a unos 50 niños nuevos cada año durante 10 años. Los investigadores también harán un seguimiento posterior de los niños.

Las razones más importantes para abordar las habilidades lectoras y los cambios en la vida escolar cotidiana son mejorar los resultados de lectura de los niños y su bienestar en la escuela«, afirma Sigmundsson. »Hemos observado una mejora significativa de los resultados de bienestar en el grupo que completó el programa en comparación con los alumnos de primer curso del año anterior«, ha detallado.

Los problemas con la lectura son mucho más frecuentes entre los chicos que entre las chicas. «En Islandia, tenemos problemas particulares con la lectura entre los chicos y los inmigrantes», ha asegurado Sigmundsson. El 34 por ciento de los chicos de 15 años en Islandia son incapaces de leer lo suficientemente bien como para entender el texto, según la encuesta internacional PISA de 2018. En Noruega, la cifra para los chicos es del 26 por ciento.

«Estos niños no tienen las habilidades de lectura que les permitan comprender el texto. Esto es así desde hace 18 años. En Noruega, el porcentaje oscila entre el 21 y el 26 por ciento de los chicos», explica. A las chicas les va mucho mejor en general, pero entre el 5 y el 9 por ciento sigue teniendo dificultades. «Esto no nos parece aceptable. Biológicamente, la proporción debería rondar entre el 2 y el 4 por ciento», afirma.

«Estoy muy impresionada por el proyecto que dirige Sigmundsson», ha dicho Hanne S. Finstad, doctora y fundadora de Forskerfabrikken, una empresa social que involucra a los niños en el aprendizaje práctico y el descubrimiento. Finstad cree que el programa 'READ' es innovador en muchos sentidos porque no solo se basa en la pedagogía y la psicología, sino también en las necesidades biológicas de los alumnos.

«Se reserva tiempo para la repetición y la profundización de habilidades, y eso es algo que nuestra memoria necesita aprender de verdad. Los alumnos también tienen la oportunidad de desarrollarse creativa y musicalmente, además de realizar actividad física todos los días. La jornada escolar está organizada para desarrollar el cuerpo y el alma», dice Finstad. Para ella, la enseñanza de la lectura se basa en lo que ahora se sabe sobre cómo aprende a leer el cerebro.

Está de acuerdo con que los niños tienen que aprender primero a reconocer los sonidos y relacionarlos con las letras, para luego combinarlas en palabras que tengan sentido. Sin embargo, las escuelas noruegas animan a muchos niños a centrarse en palabras enteras. Los investigadores que trabajan con el cerebro y la lectura temen que centrarse en palabras enteras pueda dificultar el aprendizaje de la lectura, ya que los alumnos practican entonces el reconocimiento de imágenes en lugar de leer realmente.

Cada vez más niños de 10 a 14 años toman medicación para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). El nuevo método también puede ayudarles. Este trastorno puede estar relacionado con permanecer demasiado tiempo sentado y con jornadas demasiado largas. Por eso, la jornada escolar de 'READ' nunca programa clases de más de 35-40 minutos.

Asimismo, el nuevo programa también incorpora 72 horas más de actividad física durante el curso escolar. La lección de «motivacional» es muy importante para aumentar el nivel de dopamina de los niños, la hormona que desencadena la alegría y el bienestar.