Claves para no caer en el estrés de la vida escolar

En septiembre empiezan las rutinas y «en general, son las mejores aliadas para todos los niños y para las familias. Todo es más predecible y todo funciona mejor», resalta Lucía Bosque, psicóloga infantil y fundadora de Mimotikids.

Comenzar la etapa escolar supone un cambio de ritmo y para ello «hace falta el periodo de adaptación. En el colegio es muy corto, pero puede durar mucho, meses, y se tiene que tener en cuenta», resalta la profesional. Aunque los menores por regla general se acuestan tarde y se despiertan pronto, «con el colegio estarán más cansados y hay que crear rutinas que les ayuden». Lo que suelen ser una pesadilla en muchos hogares son las mañanas, ese momento de prisas y nervios para no llegar tarde al colegio. «Es algo que hay que tener muy en cuenta, observar lo que funciona y lo no por las mañanas. Hay que reorganizarse», resalta Bosque.

Desde los colegios aconsejan a las familias que no olviden que en el día a día de la escuela «la responsabilidad es del niño. La mochila, el baby, la botella de agua, la tartera, la agenda... Deben aprender que son ellos quienes deben preparar todo su material», afirma Pilar Herrero, coordinadora de Educación Infantil del colegio Chesterton.

Los padres ayudan a los pequeños, pero son ellos los protagonistas. Algo que también se aplica en lo referente a los trabajos de casa. Si les mandan un proyecto, «es del niño, no de los progenitores. Les podemos ayudar a hacer la lista de lo que necesitan, comprarlo con ellos, pero hay que implicar siempre al pequeño. Los padres ya han ido al colegio, ahora es el momento de los peques y no hace falta que hagan el mejor proyecto del mundo sino que pasen tiempo en familia».

Otro cambio importante en esta etapa son las nuevas relaciones sociales. No solo los niños hacen amigos, sino que también surgen buenas amistades entre los padres. «Las familias se deben ir conociendo, ver quienes se acercan más en valores y en formas de educar», señala la coordinadora. La nueva vida social pasa, por ejemplo, por las fiestas de cumpleaños con las que también muchas familias se estresan. «Hay cosas que pueden tener en cuenta. Si vas a invitar a todos los de la clase menos a dos porque no te caen bien los padres… Es mejor pensar en cómo se sentirán los menores», comenta Herrero.

En este punto, la psicóloga infantil Lucía Bosque asegura que es imprescindible «escuchar a los hijos». A veces se celebran cumpleaños en grupo, con toda la clase «y puede que el pequeño sea tímido y lo pase muy mal». Aconseja «ni invertir mucho dinero ni querer que se lleve bien con todos los compañeros de curso. Nos volvemos un poco locos».