El plan que debes conocer para una vuelta al cole de 10

Lo que está claro es que esta expectación y nervios se acentúan aún más en el caso de los niños que van a ir por primera vez «al cole de mayores» y también en aquellos que cambian de ciclo educativo o se incorporan a un nuevo centro.

Nuevos escenarios, cambio de rutinas, compañeros y profesores por conocer… Un mundo por decubrir que, en el caso de los niños de tres años supone un gran cambio en sus vidas. Los lloros en las puerta del colegio son habituales el primer día, «sobre todo en el caso de los niños que son hijos únicos o en aquellos que han percibido en sus padres la ansiedad ante la llegada de este momento tan significativo», apunta Pilu Hernández Dopico , maestra, formadora de formadores y CEO de El Pupitre de Pilu . Por ello, recomienda transmitir a los pequeños siempre mensajes ilusionantes y positivos, del tipo «qué bien te lo vas a pasar allí con tus nuevos amigos», «cuánto vas a aprender», «ya eres mayor como tus hermanos o tus primos»..., y evitar comentarios como «no tengas miedo, iré a buscarte muy rápido».

Explica que hoy en día son muchos los centros que cuentan con estrategias, actividades y personal cualificado para recibir a estos niños y hacer que su llegada sea lo más suave, satisfactoria y segura posible. «Es cierto que hace 40 años no era así, pero afortunadamente hoy se tiene mucha más información al respecto de los beneficios que supone tener más en cuenta al alumno , de manera personalizada como protagonista del aprendizaje, y a sus emociones. Sin olvidar, claro está —matiza Hernández Dopico— que somos padres mucho más protectores que los de las generaciones anteriores».

Entre los centros que preparan con especial atención la llegada de sus nuevos alumnos destaca el Colegio Joyfe que cuenta con un Plan de Acogida adaptado a las necesidades individuales del alumno. Diseñado por el equipo del departamento de Orientación y Tutores, sitúa el plano académico en un segundo lugar, por detrás de lo personal, valorando la integración y adaptación del alumno como objetivo prioritario.

Para lograr una buena adaptación, Ascensión Liébana, directora técnica de Infantil y Primaria del Colegio Joyfe, insiste en que se trata de un trabajo conjunto por parte del centro escolar, pero también de las familias. «Es importante prepararles en casa para que sepan que en pocos días irán al colegio. Y —prosigue—, si es posible, llevarles para visitarlo con antelación y que conozcan las instalaciones o a algún profesor, lo que les dará mucha más confianza. Si no es posible porque está cerrado, al menos que lo vean desde la puerta».

También insiste esta experta en Educación en otra serie de pautas:

—No dramatizar la situación. Ellos captan los miedos e inseguridades y en vez de transmitirles confianza les podemos transmitir más incertidumbre de la que ya tienen.

—Mucha comprensión: es un proceso duro, pero es el niño quien tiene que superarlo él solo, nadie lo puede hacer por él.

—Las despedidas deben ser cariñosas pero cortas y firmes, si se alargan el niño tiene la sensación de que conseguirá ́ su objetivo que es permanecer con su papá o mamá y al ver que el fin no llega, le generamos más angustia.

—En las recogidas no tienen que sentir que se viene a salvarles de algo o de alguien.

—Escuchar todo lo que tienen que contar (han pasado muchas horas fuera de su entorno familiar) y dedicar un ratito de juego en exclusiva.

—Preguntar solo una vez por el cole y no volver a mencionar el tema, no es necesario recordar todo el tiempo.

—Mantener las normas y las rutinas evitando ser permisivos; es necesario seguir exigiendo el cumplimiento de las mismas ya que es lo que les proporciona seguridad y confianza.

—Mucha comunicación con el tutor, cada proceso de adaptación es distinto algunos lloran otros se muestran agresivos, otros inhiben cualquier participación, se niegan a hablar o incluso a comer o quitarse la mochila o el abrigo. Incluso estar atentos a la vuelta de las vacaciones y de un puente largo o cuando ha tenido una ausencia prolongada bien por cuestiones de salud, un viaje...

—Evitar culpabilidades si el tiempo que precisa vuestro hijo no cumple vuestras expectativas. Cada uno lleva su ritmo y es fundamental respetarlo. Cada niño es un “mundo” y no todos precisan el mismo tiempo.

—Mucha paciencia frente a sus llantos ...No desesperar y leer este decálogo cuantas veces sea necesario.

Para los alumnos que cambian de ciclo “la vuelta al cole” también puede suponer un momento de inseguridad, ya que aunque no cambian de centro si se enfrentan a nuevos compañeros, otros patios, profesores y responsabilidades académicas diferentes. «Antes de finalizar el curso ya les preparamos para el siguiente y cuando hay cambio de ciclo mucho más —matiza Ascensión Liébana— para que sepan qué es lo que se van a encontrar. Aún así, los primeros días de clase trabajamos mucho la conexión entre alumnos para que todos se sientan integrados. Se llevan a cabo dinámicas de grupo, técnicas de observación y escucha activa de sus dudas e inquietudes. Actividades que les aportan la seguridad y confianza necesarias para seguir avanzando y aprendiendo día a día. Es muy importante el ambiente de respeto y unión en el que los alumnos perciben el sentimiento de pertenencia, se sienten queridos, desarrollan el respeto, la tolerancia y la empatía, consiguiendo que se adapten con alegría y generosidad».

En el caso nuevas incorporaciones, esta experta recomienda igualmente que puedan ir con sus padres a conocer el centro para sentir mayor seguridad. No obstante, explica que a partir de la segunda etapa de Primaria y hasta Bachillerato disponen de un Plan de Acogida que incluye una figura de especial relevancia, como es el “alumno Lazarillo” .

«Estos alumnos son elegidos por el tutor y el departamento de orientación dentro del aula donde se situará el nuevo alumno. Su función es ser guía, consultor e iniciador de relaciones sociales para el nuevo estudiante, quien se verá arropado en las situaciones y circunstancias en las que la formalidad del profesorado no alcanza a estar a su lado».

Este “alumno lazarillo” tiene un seguimiento por parte del tutor y del departamento de orientación sobre su evolución y estado de adecuación a tal tarea, siempre desde la voluntariedad del puesto. De este modo, el primer día de colegio, los nuevos alumnos son recibidos por el responsable de Orientación que le corresponda a cada etapa, y será el orientador quien les acompañe al aula , les presente a su tutor y les asigne a un alumno acompañante durante los primeros días de colegio.

Una vez acabada la primera jornada escolar, los “nuevos” se verán con su orientador para comentarles su valoración inicial y posibles dudas. « A la semana se tiene una reunión con todos ellos para hacer un seguimiento detallado de su incorporación y conocer de primera mano cuál es su parecer y, un mes después, organizamos de nuevo un desayuno con todos ellos para conocer sus necesidades», concluye Ascensión Liébana.