Cómo anular los «pensamientos en bucle» que genera la vuelta de los hijos a las aulas

«Todo lo que nos está pasando ahora a todos, tanto a niños como a adultos y adolescentes, está relacionado con más de tres meses de zozobra mundial, personal, laboral… cuyas respuestas son incómodas, pues solo se obtiene desasosiego, incertidumbre, miedo, ansiedad…», explica el experto.

« Padres y madres está ya muy cansados -continua Luengo- Por tanto, es entendible, y entra dentro de los procesos adaptativos, que mantengan cierta actitud de desasosiego y expectativa sobre cómo se va a hacer la vuelta al cole, qué pasos se van a dar… Es normal que los progenitores quieran cierta seguridad o información«. Sin embargo, advierte: » Una cosa es lo que nosotros, los adultos pensemos, y otra, los hijos «.

Luengo advierte a los progenitores de añadir « un peso extra en la mochila emocional« de los menores , a pesar de las incertidumbres del momento. «Si queremos que los hijos afronten de la mejor manera su vuelta al cole, con independencia de que lo que pensemos los adultos, es fundamental ofrecer una sensación de seguridad».

Así, es vital que todos los padres y madres se hagan una pregunta clave: «¿Qué le conviene a mi hijo: ir al colegio tranquilo o nervioso?». « Los adultos tienen sus miedos, sus preguntas y deben decirlo donde tengan que decirlo y a quien corresponda : a otros adultos, al equipo directivo, profesores… A los niños no. En caso contrario, se les hace muy flaco favor«, advierte. Y es que no hay que olvidar que lo que estamos viviendo »no es el futuro, sino una situación transitoria que tenemos que superar todos«.

Además, el experto aconseja « anular los pensamientos en bucle » que copan el protagonismo estos días en toda conversación con amigos, otras familias o grupos de WhatsApp , donde los comentarios tipo «En el colegio va a haber contagios seguro y van a mandar a los niños a casa», «Van a acabar cerrando el colegio», «Menudo curso nos espera», etc. no ayudan y solo contribuyen a entrar en un bucle peligroso.

« Lo más inteligente es detener este tipo de pensamientos y trasladarnos a otro escenario », señala Luengo, porque « estamos anticipando cosas que igual no pasan, son solo situaciones probables y generan mucho estrés, inquietud, ansiedad… ». Para ello, la práctica deportiva es el mejor antídoto , ya que no da cabida al estrés. Si no, también se puede leer, pintar o ejecutar cualquier otro tipo de afición.

Y mucho ojo con los grupos de WhatsApp de padres y madres del cole : « Son un factor muy estresante , donde se genera mucho rumor y 'spam' de los malos pensamientos de una manera inquietante », señala el psicólogo, que aconseja un uso muy comedido de los mismos para estar informados, pero no sobreinformados.

«No se trata de huir o de pensar de otra manera», advierte Luengo. «Pero cuando un pensamiento es agresivo, lo inteligente es pararlo y decir, 'no quiero seguir pensando en esa clave'. Somos seres inteligentes y podemos hacerlo», concluye.