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Así se trabaja en los colegios para que los alumnos no pierdan el hábito de estudio

Los responsables de varios centros escolares explican cómo es su día a día bajo la batuta del coronavirus

Laura Peraita

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Arantza Carrillo , directora Corporativa de Bachillerato Internacional de Colegios 3A (Alameda, Arcángel y Ábaco), asegura que la elaboración de un detallado y minucioso plan de trabajo a distancia por parte del equipo docente, que incluye reuniones virtuales en directo y también sesiones de master class grabadas previamente, está facilitando la continuidad curricular de los alumnos.

Este plan contempla entregas de tareas previamente asignadas y con fechas de entrega fijadas con, al menos, una semana de antelación. De este modo, «estamos facilitando el desarrollo de competencias vitales para el alumnado como son la autogestión, planificación, gestión del tiempo y autonomía », puntualiza Arantza Carrillo.

Para que la coordinadión sea la adecuada, habilitan videoconferencias diarias para resolver dudas por materias, lo que les permite poner en práctica la metodología virtual de «flipped classroom», gracias a la conectividad, formación exhaustiva del profesorado y las herramientas de las que disponen en el centro.

Por otra parte, fomentan el trabajo colaborativo y cooperativo de los alumnos quienes, a través de las nuevas tecnologías, continúan trabajando de forma autónoma en pequeños grupos, siempre con pautas y objetivos de aprendizaje muy marcados y supervisados por sus profesores. El producto final del desarrollo de este trabajo se comparte y se expone al resto de sus compañeros y profesorado.

La evaluación del aprendizaje del alumnado continua de forma ágil y eficaz utilizando recursos que les permiten crear pruebas escritas on line con un tiempo de realización diario , así como pruebas orales, entregas de trabajo de investigación e indagación sobre temas muy concretos.

Desde estos centros han habilitado multitud de recursos on line para los alumnos, recursos de los que ya disponían, como la biblioteca con acceso a más de 3.000 textos en diferentes idiomas. Aseguran que «la motivación del alumno es muy alta, se siente atendido, ayudado y recibe un feedback continuo; no falta ninguno a las clases en directo. La respuesta de las familias está siendo muy positiva —puntualiza Arantza Carrillo—. Son conocedores del trabajo que existe detrás de este plan y, seguimos celebrando reuniones on line o telefónicas con la familia y el alumno cuando es necesario», concluye.

Para Lola Corchad o, directora de ESO y Bachillerato de Colegio Alameda de Osuna , los alumnos están respondiendo bastante bien a los deberes que les están poniendo en esta época de coronavirus. «Observamos que se conectan a las 9:30 a la videoconferencia de Google Meet diaria con el tutor y, después, participan en clases on line y suben las tareas a Google Classroom que se les mandan».

Explica que, a veces, pueden tener 2 ó 3 sesiones online simultáneas y tienen que establecer prioridades, elegir a cuál asisten y, como todas las clases quedan grabadas , tienen que visualizar las otras después. La parte positiva es que se está trabajando mucho la autogestión.

Según Lola Corchado los padres están tranquilos. Preguntaron al principio cómo unirse a esas clases on line, pero una vez que se mandaron instrucciones desde la dirección del centro, no han vuelto a consultar nada al respecto. «Ven que los niños están trabajando» .

Videoreunión para solucionar dudas

El día de los alumnos de este centro comienza a las 9:30, con una videoreunión de media hora con el tutor en la que se marcan las pautas para la jornada, se les pregunta sobre la anterior y se atienden dudas personales. Le sigue un módulo de una hora de trabajo autónomo con tareas que han sido subidas por los profesores a la plataforma Classroom. Después tienen una hora de clases on line (eligen a cuál asisten y, después, visualizan las demás) y terminan con otro periodo de dos horas de trabajo autónomo. Al final de la jornada hay un módulo de dudas marcado por los diferentes profesores y pueden ir subiendo las tareas. Está previsto que terminen a las 15:30, habiendo parado una hora para comer.

Este es el plan organizado en el Colegio Alameda de Osuna, pero es flexible. «Muchos cursos tienen más trabajo del pautado y más sesiones de contacto con profesores o tutores de lo establecido. Podríamos decir que lo que hemos elaborado ha sido un horario de mínimos », explica Lola Corchado.

Autogestión en los alumnos adolescentes

Desde este centro son conscientes de que para los padres que actualmente teletrabajan con motivo del coronavirus se trata de una tarea complicada, pero «también depende de la edad de los niños». «Los de nuestra etapa son adolescentes y ya pueden autogestionarse sin necesidad de que los padres tengan que estar pendientes al 100%», matizan.

Lo que sí les recomiendan a los padres es supervisar esas tareas cuya entrega no es inmediata; es decir, las entregas de deberes a medio y largo plazo, que es donde los alumnos se pueden despistar un poco más.

«En general, podríamos decir que el balance de la primera semana ha sido bastante positivo. La clave es que los alumnos, y algunos padres, hayan entendido que no se trata de unas vacaciones , sino de una situación excepcional que nos obligará a trabajar de otra manera», concluye Lola Corchado.

Un desafío para niños y adultos

Esther Herranz, directora departamento orientación del Colegio Alameda de Osuna, considera que las familias están viviendo una situación para la que ni los adultos ni los niños estaban preparados , lo que supone todo un desafío y un tiempo de adaptación.

A nivel educativo, la organización de los contenidos y la comunicación diaria con el profesorado de este centro ayuda a las familias a crear nuevas rutinas de aprendizaje. «Esto, al principio, supone un tiempo de confusión y de ajustes a nivel personal y familiar, pero también tiene un lado positivo: favorece el desarrollo de la autonomía, la gestión del tiempo y el hábito de estudio. No todos lo alumnos podrán ser tan autónomos desde el principio y las familias necesitarán proporcionarles más ayuda y, especialmente, un seguimiento de las tareas en coordinación con los tutores. Establecer nuevas rutinas diarias facilitará a padres y niños un afrontamiento de esta situación extraordinaria».

«La falta de juego al aire libre, las dificultades para realizar ejercicio o las interacciones con los amigos en el caso de los adolescentes, puede hacer que estén más irascibles»

A nivel emocional, Esther Herranz explica que la falta de juego al aire libre, las dificultades para realizar ejercicio o las interacciones con los amigos en el caso de los adolescentes, puede hacer que estén más irascibles, que los más pequeños aumenten el número de rabietas, incluso que haya más peleas entre hermanos. « Es importante entender cómo se sienten, transmitirles tranquilidad y seguridad e intentar aprovechar para disfrutar en familia de momentos y actividades para las que en circunstancias normales no disponemos de tiempo como, por ejemplo, realizar juegos en familia, cocinar juntos, revisar fotografías familiares recordando anécdotas, etc.».

También considera que es importante el autocuidado . «Los padres deberían dedicarse un tiempo a ellos mismos (darse un baño relajante, leer un libro o tomarse una taza de café sin pensar en nada…), ya que su propio bienestar influirá en el bienestar de los hijos», concluye directora departamento orientación del Colegio Alameda de Osuna.

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