De Torrelodones a la NASA

La EPM quiere canalizar el potencial intelectual de los alumnos logrando su máxima expresión en la ciencia matemática y en el pensamiento abstracto y científico, para su aplicación en cualquier aspecto de la vida. También quiere evitar la pérdida de los talentos y las consecuencias asociadas a la desmotivación de los alumnos de alta capacidad en el entorno escolar: bajo rendimiento académico, fracaso escolar y aislamiento social. Se calcula que los niños con estas capacidades son el 2% de la población.

En esta peculiar escuela no entra cualquiera. Se hace una selección de niños con una prueba en la que sobre todo ponen en marcha los mecanismos pensantes. La prueba de capacidad es de conocimientos mínimos, pero no todos la superan , y comunicárselo a los padres «es una de las cosas más duras y difíciles de este trabajo» cuenta Alfonso Olalla, el director adjunto.

Las enseñanzas de esta escuela son sorprendentes. No son las matemáticas como las entendemos los profanos. Desde computación a robótica, los alumnos ven las matemáticas como algo práctico que se aplica a la vida diaria. Estos niños son enseñados a pensar, a razonar, a buscar soluciones por si mismos y por supuesto a salirse del camino marcado.

Entre las actividades curiosas y diferentes está la de hacker ético. Lo que puede sonar a paradoja consiste simplemente en intentar dotar a los adolescentes de armas para que se defiendan en la red. En palabras de Olalla, «este curso surge para proporcionar una formación básica, y a día de hoy imprescindible, para que tareas cotidianas como consultar el correo o redes sociales, comprar online o consultar los movimientos de una cuenta bancaria no se conviertan en una fuente de problemas para su usuario. El objetivo es que los alumnos comprendan el funcionamiento interno de dispositivos y aplicaciones a través del estudio de conceptos fundamentales de redes y sistemas de cifrado, al mismo tiempo que se ponen en práctica ataques sencillos de los que se valen los delincuentes para robar información o infiltrarse en sistemas». De esta manera cuando finalice el curso, el alumno tendrá una base de conocimientos que le permitirá mejorar la defensa de sus redes y sistemas aplicando las buenas prácticas aprendidas y limitar las prácticas de riesgo usando el sentido común.

Alfonso Olalla remarca que este programa «se afronta con muchísima prudencia, no queremos que los niños empiecen a hackear la página del instituto o de sus amigos, pero si que se defiendan ante posibles ataques»

Como si de genios del Renacimiento se tratara, en esta escuela también se imparten conocimientos de música. Y como todo aquí, también las enseñanzas son a nivel de excelencia. Un pianista excepcional, Diego Saiz Izquierdo es el encargado de hacer que los niños comprendan la música . Que la amen y aprendan a componer. Enseña el porqué de la música, de como se hace y cuales son las herramientas para trabajar con ella.

Otra actividad que novedosa y divulgativa que realizan es «Montamos el Número». En colaboración con el Ayuntamiento de Las Rozas traen a su sede a colegios para, con un enfoque lúdico y a través de conferencias participativas tales como matemáticas con pompas de jabón, magomáticas, etc, gymkhanas de sorprendentes desafíos y talleres donde los alumnos construyen desafíos, enseñan rudimentos matemáticos. Una manera de salir de excursión y aprender al mismo tiempo. Un concepto absolutamente novedoso e interesante.

Con clara vocación innovadora e internacional, en 2013 se presentaron, junto con otros centros educativos de Secundaria y Bachillerato de toda Europa, al concurso selectivo convocado y patrocinado por entidades de proyección mundial como la NASA y el Massachusetts Institute of Technology, MIT.

Los participantes desarrollaron un programa informático para un mini-satélite capaz de llevar a cabo acciones en el espacio: «esferas móviles en ausencia de gravedad, capaces de eludir los meteoritos y de realizar su cometido en el mínimo tiempo y con el mínimo consumo».

Con este proyecto alcanzaron el tercer puesto del concurso, siendo los únicos españoles que han llegado tan lejos.

Con muy buen humor el director de la escuela afirma que «no creo que nos presentemos muchas más veces, nosotros mismos nos hemos puesto el listón muy alto».