«Si quieres salir de los números rojos, tienes que anotar hasta el café que te sacas en la máquina»
Entrevista con Amalia Guerrero, autora de «En casa, las cuentas claras» (Editorial Plataforma)
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Iniciar sesiónLa cuesta de enero suele ser un momento en el que los números rojos llevan a muchas familias a llevarse la mano a la cabeza, pero según advierte Amalia Guerrero, autora de 'En casa las cuentas claras' , siempre es buen momento para replantearse mejorar ... nuestra salud financiera. «Hoy puede ser un buen día para poner en práctica hábitos de ahorro o empezar a saldar deudas y cambiar el uso de la tarjeta de crédito por la de débito, por ejemplo».
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Es verdad que todos sabemos que hay que hacer, reconoce, «pero no basta con saberlo. Hay que aplicarlo. El dinero no da la felicidad pero cuando tienes las necesidades cubiertas... te acerca mucho», apunta Guerrero.
Los españoles somos «gastosos»
Sï, hemos pasado de ser una sociedad conservadora, que no se endeudaba, porque no gastaba nada a no ser que tuviera el dinero en efectivo, a ser una sociedad que lo financia todo. Pero se nos olvida que lo que pagamos a golpe de clic luego hay que pagarlo. Por ahí vienen muchos sustos. Las empresas hacen unas campañas de publicidad brutales, las redes sociales influyen (sobre todo a los adolescentes)... Pero no podemos echarles la culpa. Nuestros hijos ven que cuando queremos algo le damos a un botón y lo tenemos en casa al día siguiente.
En la actualidad sucede que, además, las familias tenemos muy fácil acceso al crédito. Continuamente tenemos en nuestro correo spam de ese tipo con micro préstamos, créditos al consumo… Siempre digo: Cuanto más fácil te presten y más rápido, peor será para ti. Es posible que 600 euros te lleguen en media hora a la cuenta, sin hacerte preguntas. Hay que mirar esa letra pequeña. Saben que hay mucha necesidad y tienen que competir pero hay que reflexionar o hacerse estas preguntas: No puedo, no lo necesito, quizás más adelante.
¿Cuál es el ABC o los conceptos básicos o imprescindibles que debería tener cada familia?
Uno es el preahorro: Consiste en ahorrar en una cuenta diferente un 10 por ciento de nuestros ingresos nada más recibirlos. Lo ideal sería programar el día 1 o el día 2 una transferencia automática del 10 por ciento de tu salario. Acostumbrarte a vivir con el 90 por ciento. Hay que tomárselo como una factura, como un impuesto, algo obligatorio. El preahorro es un impuesto que me pongo a mí mismo a mi gusta llamarlo 'factura de tranquilidad financiera' . Me acostumbro a vivir con lo que me queda. Hay gente que no ahorra nada.
El segundo concepto básico es el colchón financiero : Un dinero que para cubrir los gastos de mi familia, durante al menos de 3 a 6 meses. Lo ideal es que tus gastos sean tu sueldo. Es decir, si ganas 1.000 euros, deberías tener en una cuenta independiente de colchón de 3.000 a 6.000 euros. Esto no es imprevistos tipo una boda, o un viaje. Es para usar en caso de que se te rompa la lavadora, el coche, te despidan del trabajo o te lleven a un ERTE. ¿Cuál es mi recomendación? Entre 3 a 6 meses sería lo ideal. Tan grande como te permita dormir tranquilo. No es lo mismo lo que necesitará un funcionario que un autónomo, claro. En pandemia, por ejemplo, solo aquel que estaba en su casa y podía pagar sus facturas estaba tranquilo. El que no pudo pagar un plato encima de la mesa no estuvo tan bien.
El siguiente paso importante es hacer un presupuesto . ¿Qué es lo que se consigue con esto? Hacer una foto fija de dónde va cada euro que gasta nuestra economía: qué va a alimentación, a educación, a formación, a suministros, vivienda…
¿Por dónde es mejor empezar?
En mi opinión, por el control de gastos. ¿Por qué? Tú imaginate te vas de vacaciones. Parece que he engordado, pero hasta que no te subes a la báscula no ves lo bien que te lo he pasado. Es como cuando te parece que he salido mucho pero hasta que no lo ves reflejado en el papel no te das cuenta. Por eso hay que empezar haciendo control de gasto. Mi consejo es que anotes a diario todo el gasto que haces, aunque sea un café de la máquina del trabajo o una chuche por tu hijo, la frutería, el periódico… Todo. A la gente le da miedo porque piensa que las finanzas son muy complicadas pero es sentido común. Los gastos hormiga son terribles. Si tú desayunas siempre fuera pero tu situación no es buena, la realidad es que no puedes gastarte 5 euros al día porque al final son 150 euros al mes. A esto me suelen responder: «Es que hay que disfrutar de la vida porque, ¿y si mañana me pilla un camión?» «¿Qué voy a ser, la más rica del cementerio?» Bien. ¿Y si no te pilla? ¿Cuánta gente mayor hay que no puede encender la calefacción? Cuando veo esto a mi se me parte el alma. No han ahorrado nada, porque siempre han esperado recibir su pensión y En España tenemos pensiones hoy pero ¿y mañana? Hay que vivir en el presente y tener un ojo en el futuro.
¿Cómo recomiendas hacer este control de gastos? ¿Con una libreta, con un excel?
Por lo que sepas que vas a hacer. Hay demasiadas personas que se pierden en la parálisis por análisis. Los hay que buscan el Excel perfecto, con una tabla dinámica, que le descargue los movimientos del banco... O eres una maquina del programa en cuestión o no lo vas a hacer nunca. Hazlo, aunque sea en un papel por detrás el almanaque. ¿Qué te permite este ejercicio? Ser consciente de en qué gastas tu dinero y también, si es el caso, qué partida tienes que reducir.
Yo empecé con una libreta de bolsillo toda la vida. Es más, recomiendo a la gente que se examine semana a semana . Porque si lo haces una vez al mes… te das cuenta cuando ya no tiene solución. Si detectas que has gastado mucho en ocio la semana quizás la semana siguiente te quedes en casa. Si lo que has visto es que el gasto lo has realizado en ropa, a lo mejor eres consciente de que deberías revisar tu armario porque tienes cosas que no te da tiempo ni a estrenar. La pandemia nos ha demostrado que podemos estar varios meses sin gastar apenas nada y apretarnos el cinturón hasta que sentimos nuestra economía. Empieza por ahí y a la vez pre ahorra.
¿Aunque tengas deudas?
Da igual, ahorra aunque sea un uno por ciento. Por supuesto tienes que enfocarte en pagar tus deudas pero ahorra aunque solo eso. ¿Por qué? Lo que estamos intentando hacer es crear el hábito del ahorro. Tú empiezas ahorrando el uno por ciento de tus ingresos y vas cancelando deudas en paralelo. Ya podrás ir aumentando tu porcentaje de ahorro. Un uno por ciento no supone nada (es no tomarte la última ronda, por ejemplo), pero te da la sensación de que eres capaz de ahorrar, te supone el ánimo, la fuerza o la confianza de que estás construyendo un plan.
El problema que tenemos es que si hacemos planes como si no fuéramos a vivir toda la vida… ¿Tú te has parado a pensar si te despiden mañana? ¿Cuánto tiempo podrías mantener tu actual ritmo de vida? Eso es brutal porque es habitual que la gente no tenga para llegar a fin de mes. Damos por hecho las cosas, que vamos a cobrar un salario siempre o una pensión en el futuro. Ahora te hago esta reflexión: Piensa cómo te sentirías si tuvieras ahorros para pagar los gastos de tu familia. Imaginate si esos ahorros son para dos años. Hay que pensar que esta crisis no quita que no vaya a haber más en el futuro. La educación financiera mejora la vida de las personas, te da tranquilidad. Conozco a demasiados que no pueden dormir por ansiedad.
Por ejemplo, los que están en números rojos, o directamente viven de la tarjeta de crédito. ¿Qué plan pueden poner en marcha para cancelar las deudas?
En ese caso, propongo seguir el 'método bola de nieve de cancelación'. Consiste en ver las deudas, ordenarlas por importe, tipo de interés, concepto de la deuda y el tiempo que me queda por pagar, quince, veinte meses... Lo que sea. ¿Qué tenemos que saber también? La comisión que nos cobran por cancelar anticipadamente. Con esos datos encima de la mesa, ahora puedo afrontar el cancelar mi deuda de dos formas:
Desde el punto de vista psicológico, cancelando la deuda más pequeña, o desde el punto de vista económico, que supondría cancelar la deuda que tiene un interés más alto (un 10 o un 15 por ciento... el que sea).
Cuando ya he identificado las deudas sobre papel o excel y ya he dicho cuál voy a cancelar primero, lo que tengo que elaborar es un plan para cancelar esas deudas. ¿Qué tengo que hacer? Atender primero todos los pagos fijos que tenga en mi casa (vivienda, suministros… ) y recortar todo lo extra (ropa, ocio, salidas, viajes…). Es decir, apretarme el cinturón el tiempo que tarde en sanear mi economía.
Eso sí, a la vez que pongo en marcha el concepto de ahorro, aunque sea del uno por ciento. De esta forma ya le estás diciendo a tu cerebro que, aunque sean 50 euros al mes, al final de un año tendrás 600 euros. Algún agujerito tapa ya. Y es más de lo que tenías antes.
Un último consejo para empezar el año con buen pie.
Que pongamos atención. Cuando empiezas a controlar tus gastos, haces un presupuesto y te empiezas a dar cuenta en qué gastas tu dinero. Puede ser que en tu seguro de hogar estés gastando mucho, pero como te has dado cuenta, te preocupas en llamar a otra compañía. O que estés pagando un gimnasio al que no vas pero pagas cuota religiosamente, o en suscripciones que no utilizas, reparaciones de coche… De ahí puede salir el preahorro, ya que se puede recortar hasta 1000 al año. Lo que ocurre es que al ir al día no te das cuenta. Pero si lo ves mes a mes o al final del año analizas partidas es cuando te das cuenta de la realidad de tu economía.
Digo siempre que la mejor forma de enseñar a nuestros hijos es el ejemplo porque la palabra convence pero el ejemplo arrastra . Decía la madre Teresa de Calcuta no te preocupes si tu hijo no te escucha, te están observando todo el día. No puedes decirle a un niño que coma saludable mientras tú te zampas un bollo de chocolate. Pues con las finanzas pasa exactamente lo mismo.
Es bueno que vean que tú ahorras, que les expliques que antes de comprar un TV hay que juntar el dinero, comparar en diferentes tiendas, hacer un presupuesto, o ir a la compra con lista, además de comparar precios de los productos de marca blanca... De la misma forma que no es lo mismo hacer una pizza en casa que comprarla en el supermercado o pedirla en un restaurante.
Hay que explicarles que mamá y papá trabajan y a cambio de eso ganan dinero, porque si no se creen que las tarjetas tienen propiedades mágicas. Esto es fundamental cuando son muy pequeños y se puede hacer de manera simbólica, porque no tienen filtro, pero cuando son adolescentes también resulta muy importante que sepan la situación que hay en casa.
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