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Educación

Patricia Ramírez: «Los nuevos métodos de crianza evitan la pérdida de control con los hijos»

Según la psicóloga «no se trata de contar del uno al diez para mantener la calma cuando nuestro hijo tiene una rabieta»

Los nuevos tiempos demandan nuevos métodos y en la crianza de los hijos no es una excepción Adobestock

Yomeyli Astacio

Los niños son como una esponja que van absorbiendo las influencias que hay en su entorno , teniendo como referentes principales a mamá y papá. Si los adultos gritan, son agresivos y maleducados, los niños eventualmente van a adoptar ese comportamiento y lo irán reflejando en otros ambientes fuera de casa, como la escuela o el parque. Teniendo en cuenta estos matices, los estudiosos de la salud mental aconsejan una serie de cambios en el modelo de crianza basándose en el respeto y la influencia positiva.

Para la psicóloga Patricia Ramírez, autora de «Educar con serenidad: Soluciones creativas para padres desesperados» , el ingrediente más importante es el respeto hacia los hijos, «aceptarlos tal y como son: su forma de ser, sus diferencias con nosotros y su forma de pensar. Hay que tener un respeto absoluto. Y también, comprensión y empatía. Cuanto tienes eso, la confianza y la complicidad salen solas. Podremos estar de acuerdo o no con muchas cosas que hagan, pero la manera en que lo transmitamos va a permitir que fortalezcamos la relación o que creemos una barrera».

«No se trata de que cuando un hijo tiene una rabieta uno se ponga a contar del uno al diez para mantener la calma –añade Ramíez–, es simplemente tener información de por qué los niños reaccionan así, de cómo funciona su cerebro más primitivo, que es el que se dispara cuando están emocionalmente intensos. También, hay que respetar su tiempo para bajar esa furia y enseñarles a respirar y a calmarse. Despúes, tener con ellos una charla sobre cómo se deben explicar esas necesidades que han expresado de manera incorrecta».

Para la psicóloga, la importancia de «educar con serenidad» radica en que este tipo de formación repercute tanto en los educadores, que en este caso son los progenitores, como en los hijos. «Cuando educamos con serenidad nos permite a los padres vivir la crianza desde esa tranquilidad, cultivando la paciencia. Eso también mejora el vínculo que tenemos con nuestros hijos y, por supuesto, mejora nuestro estado de ánimo y hasta nuestra vitalidad», apunta. Y agrega que el «respeto es el punto más importante. Cuando les educamos de este modo, les trasladamos valores como la paciencia, la generosidad, la comprensión y la empatía. Además, respetamos sus ritmos, sus diferencias y les transmitimos que para hacer las actuar uno tiene que estar convencido, tener un propósito y que lo que uno quiere en esta vida no se consiguen porque lo manda uno a través de la autoridad. El poder se obtiene a través de los argumentos».

Prácticas del modelo de educación tradicional que deben parar

Los nuevos tiempos demandan nuevos métodos y la crianza no es una excepción , aunque muchas personas estén de acuerdo con la famosa frase «un buen tortazo a tiempo nunca esta demás». Para la psicóloga, esta es una práctica muy poco aconsejable: «Está clarísimo que bajo ningún concepto es recomendable levantar la mano. Esto es innegociable», advierte. Además, asegura que «gritar y exigir las cosas con el aquí mando yo, comparar a los niños con los hermanos, decir frases amenazantes, utilizar en chantaje emocional, tratarlos sin respeto diciéndoles que "son tontos, guarros o es que mira cómo está la habitación, aquí no hay quien pase", lo que hace es bajar la autoestima del niño y trasladarle un modelo de que las personas que más te quieren y que más tienen que cuidarte te están haciendo daño».

«Dentro de la disciplina positiva o educar con serenidad , el castigo no es una opción, lo que sí se enseña a nuestros hijos es a que aprendan las consecuencias de comportarse de una manera y que esas consecuencias tienen que ver directamente con ese comportamiento», asegura Ramírez.

«Si aprendemos a hablar con este lenguaje no violento nos ahorraríamos muchas pérdidas de control», Patricia Ramírez.

Educar con serenidad en el mundo está en caos

En este momento, todas las familias se están enfrentando a grandes retos debido a las transformaciones que sugiere la sociedad para adaptarse a un nuevo sistema, «una nueva normalidad» forzada por los efectos de la pandemia del Covid-19 y todo lo que esto conlleva. Pero para Patricia Ramírez esto no es un excusa para no aplicar un nuevo modelo de educación en casa porque «el mundo siempre ha estado en caos, y aunque ahora esté con más caos, para quien lo interprete así, en unas casas se educa con serenidad y en otras no. Eso quiere decir que no podemos echarle la culpa a la incertidumbre, al miedo, a la prisa ni al ritmo de vida porque hay padres que siguen esta corriente de disciplina, a pesar del caos, y otros que no lo aplican», explica.

La psicóloga asegura que « siempre podremos decidir la manera en la que queremos educar y criar a nuestros hijos independientemente de lo que pase fuera y tenemos que elegir esta forma porque van a salir favorecidos, van a mejorar su autoestima, su seguridad, su confianza, van a crecer con un pensamiento crítico y porque tiene muchos beneficios independiente de lo que haya fuera».

En cuanto a la capacidad de autocontrol, Ramírez cree que debe estar bien entrenada mucho antes de empezar a necesitarse. Se logra «practicando en casa con ejercicios de meditación y también con una comunicación pacífica. Por ejemplo, la comunicación no violenta de Rosenberg, en la que aprendemos a expresar nuestros sentimientos, necesidades y demandas desde el paraguas del respeto». La profesional asegura que «si aprendemos a hablar con este lenguaje no violento nos ahorraríamos muchas pérdidas de control».

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