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«Que un niño no se sepa aburrir suele ser síntoma de que está sobreestimulado»

Catherine L´Ecuyer rompe una lanza a favor de que los niños aprendan a través del asombro

MÓNICA SETIÉN

Catherine L´Ecuyer es una enamorada de la educación, de los niños y de su capacidad de asombro, quizá porque ella no la ha perdido. Esta mujer tremendamente preparada es abogada de formación. En 2004 vino a España para hacer el Master del IESE y se ... enamoró de un español. A raíz de la maternidad, se preguntó sobre lo que movía a los niños a actuar, a aprender. Investigando en los ámbitos de la neuropediatría, la filosofía, la psicología y la educación, la respuesta que encontró fue: asombro y belleza. Le fascinó tanto lo que encontró, que decidió dejar el mundo de la empresa, hacer una maestría y un doctorado para seguir investigando su tesis con rigor. En 2011, tuvo un accidente de coche grave mientras estaba embarazada; estuvo de baja 6 meses esperando que naciera su cuarto hijo. En ese tiempo, tuvo tiempo para poner por escrito sus reflexiones sobre educación en «Educar en el asombro», un libro inspirado en sus investigaciones, basadas en la observación y en su intuición de madre «cualquiera» (insiste en que las madres perfectas no existen). Hace unos días impartió una conferencia en la Fundación Botín en la que expuso sus conclusiones.

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