Por qué es importante «proteger» a los menores de los «influencers»

La preocupación de padres y profesores no es baladí. En un análisis preliminar de más de 650 vídeos (420 horas de visionado), han concluido que « en más de la mitad de los visionados existen contenidos que pudieran vulnerar la normativa sobre protección de los menores y de comunicaciones comerciales en YouTube y Twitch, y la presencia de comunicaciones comerciales en Instagram». «Los padres se fijan mucho en los amigos de sus hijos y se les olvida a veces el efecto modelo de otras figuras que ven en películas, series, televisión... Pero además de los actores y actrices hay un nuevo modelo que ellos ven más cercano, como los influencers. A muchos los ven como un igual, cercanos a su grupo de edad, lo que hace que influyan mucho más. Los famosos no dejan de ser adultos que están fuera de su grupo», explica Silvia Álava, experta en psicología educativa.

Del poder social de estos «influencers» son muy conscientes las marcas que los contratan o patrocinan. Tal y como recoge el último estudio de Infoadex (previo a la pandemia), la inversión en publicidad a través de influencers fue de 62 millones de euros en 2019, un 67% más que el año anterior . Mientras se aprueba la nueva Ley Audiovisual, este mes de enero entró en vigor el «Código de conducta sobre el uso de influencers en la publicidad» impulsado por Autocontrol y la Asociación Española de Anunciantes que anima, entre otras cosas, a cumplir normas éticas como identificar claramente los contenidos publicitarios.

«Como la CNMC, nosotros también creemos que deben tener obligaciones como creadores de contenido. Debe haber unos mínimos, pero también creemos que es importante que el propio sector se autorregule y que ellos sean conscientes de su propia responsabilidad», apunta Marta Pellico, directora ejecutiva de iCmedia, Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de los Medios. «Nosotros, por ejemplo, trabajamos en un proyecto europeo que fomenta la etiqueta de influencer responsable. Esto es algo que ellos mismos ven con buenos ojos, ya que es un sector que se está profesionalizando y si tienen algo que indica que hacen bien las cosas les puede distinguir de su competencia», subraya.

«Es importante ser conscientes de que no todos los influencers son un mal ejemplo. Algunos promueven conductas sociales o informan de cosas importan. Por eso yo aconsejo a los padres que vean los vídeos con ellos para trabajar su sentido crítico. Como a los niños les falta experiencia vital, se creen todo lo que están viendo y eso puede tener un efecto muy frustrante, porque pueden pensar que su vida es peor. Hay que enseñarles que es lo contrario, su vida es la real y los influencers cuentan la parte que les interesa o aquello por lo que le han pagado», subraya Álava, que admite que los especialistas se encuentran con problemas como autolestiones derivadas del consumo de contenidos nocivos.

Establecer etiquetas por contenidos y edades , como ocurre ya en la televisión y las plataformas, puede ser una iniciativa «útil» para evitar que muchos pequeños vean contenidos que no son adecuados para su etapa. Aunque desde iCmedia creen que se están dando «pasos importantes» para mejorar en esta alfabetización digital, aún queda mucho camino por recorrer. «Creemos que es importante trabajar la educación digital, igual que se ve seguridad vial, por ejemplo. Al final es una realidad en la que se van a mover toda la vida», recuerda Pellico.