¿Por qué las extraescolares son más necesarias que nunca tras la pandemia?
Tras la pandemia, varios expertos en educación explican los motivos por los que las clases extraescolares son fundamentales

Si bien la pandemia va perdiendo terreno, es hora de continuar recuperando actividades que por la crisis sanitaria quedaron en suspenso. Los colegios vuelven, los aforos se eliminan y las actividades extraescolares, fundamentales para el desarrollo social de los menores, no pueden quedarse en el ... cajón. Los beneficios para los niños acuden a estas actividades de ocio, que no lectivas, son amplias. Desde mejorar la disciplina, el autoconocimiento, la motivación hasta mejorar su salud, no solo física, sino también emocional.
Son los beneficios que Marina Secades y María Vázquez , miembros de la asociación Procolped , ven que producen las actividades extraescolares. Y este curso, tras año y medio de pandemia y, por ende, haber tenido una menor socialización debido a las restricciones sanitarias, parecen más necesarias que nunca . Para Secades, es «muy importante» que se sigan desarrollando todas las habilidades posibles que se han visto mermadas como consecuencia de la pandemia.
Así, destaca que entre los niños de la segunda etapa de Infantil se están empezando a observar que tienen «muchas fobias y problemas de relación social», por lo que cree fundamental volver a trabajar todos estos aspectos porque no pueden tener «un miedo atroz a relacionarse». No obstante, considera que si bien son muy necesarias, estas deben hacer «con control».
Es decir, bajo su punto de vista, no se pueden cargar a los menores con actividades extraescolares que tengan que ver con el aprendizaje académico, sino que deben ser actividades que «hayan elegido ellos porque les guste» . Y es que hay que entenderlas como parte de su ocio y deben ser aquellas que les motiven. «Las actividades extraescolares son más una elección propia del niño que le gusta el fútbol y que no sea impuesta como un refuerzo de alguna materia educativa ». Bajo el mismo punto de vista lo ve la maestra y CEO de El Pupitre de Pilu , Pilu Hernández: «Un niño viene a pasar entre cinco y ocho horas en el colegio, por lo que si lo mandamos a una actividad extracurricular, lo único que se va a conseguir es que odie esa asignatura».
La actividad extraescolar debe considerarse, por tanto, como una actividad de ocio para que el niño pase su tiempo libre. Es una forma de que encuentre lo que le gusta, una elección que puede convertirse en su hobby, y que irá guiando al menor en lo que quiere ser y con lo que quiere divertirse. «Todo el mundo necesita un hobby», reflexionan desde Procolped.
Ahora bien, libertad de elección no puede entenderse como que el niño cambie de actividad todos los días. «Tiene que ser consciente de que si pide una actividad, la actividad se acaba . No se cambia por norma y no se puede permitir que sean caprichosos», aconseja Hernández.
Y aunque en muchas ocasiones las actividades extraescolares son necesarias para poder conciliar, ya que el menor no tiene con quien quedarse y la mejor solución sea estas actividades, lo cierto es que los expertos no recomiendan que el niño esté en extraescolares todos los días de la semana. Secades y Vázquez consideran que la frecuencia debería ser de tres días semanales y de manera alterna . No es solo porque también tiene que hacer los deberes del colegio y si están todos los días hasta última hora de la tarde en estas actividades al final «llegan reventados a casa», sino porque también es necesario que puedan jugar con sus amigos o ir al parque con sus padres.
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