Parir en casa en el siglo XXI: «Sentir ese dolor me ha empoderado y me ha hecho más fuerte»

En España, la Seguridad Social solo cubre el parto en un centro hospitalario, por lo que el coste de un nacimiento así puede superar los 2.000 euros

El interés por este tipo de partos se ha reavivado en el año de la pandemia. Mientras ginecólogos y pediatras recuerdan que un alumbramiento se puede complicar en cuestión de minutos, algunas matronas creen que en mujeres de bajo riesgo no es «igual de seguro para el bebé»

Danae, la bebé de Mawi Durán M. Durán

Desde que Mawi Durán, reportera y presentadora, supo que estaba embarazada, tuvo claro que quería dar a luz a su hija en casa. «Vi un parto en un hospital y me aterrorizó», confiesa. «Para mí, el nacimiento allí se medicaliza sin necesidad. En algunas ocasiones, ... si hay riesgo, obviamente hay que ir a un centro sanitario . Y hay que ser responsable, yo no lo hubiera hecho si no se hubieran dado las condiciones necesarias. Pero quería tener a mi bebé de la manera más natural posible, volviendo al origen», añade. Su hija, Danae, llegó al mundo hace apenas un mes en su domicilio ibicenco, ayudada por su padre y un par de matronas que asistieron el alumbramiento. En 2019, más de 800 niños, según datos del INE, nacieron en sus domicilios en partos asistidos por personal sanitario, una minoría respecto a los 306.567 que sucedieron en el hospital.

En España, la Seguridad Social solo cubre el parto en un centro hospitalario. Nacer en casa, por tanto, no es barato. Normalmente, supera los 2.000 euros. «Alguien que tiene miedo o que no se hace cargo de su salud no puede hacerlo, claro. Yo iba teniendo un seguimiento por las matronas del hospital y las de casa. No tuve miedo en ningún momento, el cuerpo sabe parir y el bebé nacer. Además, yo hice un trabajo emocional previo y me informé mucho. Nos han metido una idea hollywoodiense de lo que es un parto, que no es empujar como en las películas », admite.

Las matronas, cuenta, no solo la siguieron durante todo el embarazo, sino que la acompañaron durante las más de 14 horas que duró el parto de Danae. Estar en casa, tranquila, con su pareja, su música, los aromas adecuados y un entorno relajado le ayudó a generar «la oxitocina necesaria para que el proceso de dilatación avance». En su caso, contó con un columpio que le ayudaba a estirarse y sobrellevar las contracciones («como oleadas»), cada vez más intensas, y con una piscina de agua caliente donde nació la niña. No hubo ni epidural ni instrumentación. « Es el dolor más fuerte que he sentido, parece que te rompes, pero se va . Y yo tenía el poder. El dolor también forma parte de la vida, y hay que vivirlo. Sentir ese dolor me ha empoderado y me ha hecho muy fuerte», subraya Durán.

Las matronas le iban dando indicaciones sobre lo que iba pasando y lo que debía hacer cuando lo necesitaba. «Escuchando nuestro cuerpo y con nuestra intuición sabemos qué posturas o qué movimientos hacer sin que nos indiquen. Ellas intervinieron cuando la bebé empezaba a bajar por el canal de parto, me apoyaron cuando la cogí del agua y le quitaron el cordón del cuello. Cogí a Danae con mi pareja, que me acompañó todo el rato. Yo creo que el parto es un trabajo de los tres. Mi pareja me sostuvo en todo momento», recuerda. « Y di a luz sin rasgarme absolutamente nada». Parir y estar al minuto perfecta en una imagen en redes sociales, señala, no es lo natural; de ahí la importancia de cumplir con el puerperio. Durante este, ella dejó a su bebé unida a la placenta por el cordón umbilical hasta que este se desprendió solo días después.

Prejuicios

La familia, al principio, intentó convencerles para dar a luz en un hospital. « Si pasaba algo teníamos la maleta, el plan de parto, todo . Y vivimos cerca de un hospital. Yo sé que un parto se puede complicar, y no hubiera dudado en ir, pero confiaba en que saldría bien», admite Durán, que insiste en que no es ninguna superheroína y que cada parto es «un mundo y un viaje distinto».

«Elegir donde dar a luz es un derecho que todos los estados deberían garantizar. En muchos países, como Reino Unido o los países nórdicos, se financia. Hay muchos mitos y prejuicios sobre el parto en casa. Sin embargo, los estudios publicados dicen que en mujeres de bajo riesgo (sanas, con un embarazo normal, acompañadas siempre por matronas y con un hospital cerca) son igual de seguros para el bebé y más seguros para las madres, porque hay menos probabilidades de intervenciones, partos instrumentados, episotomías...», cuenta Laia Casadevall, matrona formada en Londres y especializada en partos a domilicio, que acaba de publicar 'Guía para un embarazo consciente'. En Cataluña, donde trabaja Casadevall y donde se realizan más de un tercio de los partos a domicilio, las mujeres que dan a luz fuera del hospital «tienen educación superior y están bien informadas sobre los riesgos que asumen y no».

Porque, como recuerdan ginecólogos y pediatras, un parto puede complicarse en cuestión de minutos . El presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) se manifestó hace cuatro años, cuando se reavivó la polémica sobre los partos en casa, en contra de esta práctica. «Dar a luz en tu domicilio es jugártela, hoy carece de todo sentido», afirmó entonces Txanton Martínez-Astorquiza.

La maternidad consciente

Más que en el lugar, Casadevall incide en la importancia de vivir la maternidad de una forma consciente e informada. «Esto implica vivir todo el proceso con confianza en tu cuerpo y en tu bebé, teniendo la información adecuada para poder tomar decisiones informadas, conociendo tus derechos y opciones», destaca. «A veces se trata a las mujeres de forma muy paternalista, infantilizada , no les dicen todo. Las mujeres, si querían encontrar información, debían buscar fuera de las consultas, y eso es muy triste, porque somos los profesionales los que debemos darla, si no puede dar lugar a la desinformación . De ahí surgió la idea de crear la 'Guía para un embarazo consciente'», cuenta esta matrona.

Cuando llegó de Reino Unido, le sorprendió ver que, al contrario que allí, en España no es obligatoria la actualización profesionales. «Estar al día depende de la voluntad de los profesionales, que cada vez son más los que ven esta necesidad, pero ningún colegio profesional se lo exige. Los hospitales públicos suelen seguir las recomendaciones más actualizadas , mientras que en las clínicas privadas encontramos las tasas más altas de intervenciones, cesáreas y partos medicalizados», plantea.

Durante un parto, explica, las cosas pueden ir cambiando muy rápido, pero es «muy diferente vivirlo desde la desinformación y el miedo a sentirse protagonista». Por eso, recomienda incluir en el plan de parto qué pasa cuando las cosas no van como nos hubiera gustado. «Es muy diferente acabar con una cesárea desde la seguridad de que te han informado de todo y has tenido control del proceso. De eso depende muchas veces la salud mental del posparto », concluye.

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