Cinco consejos para amamantar este verano

A continuación, los cinco consejos para disfrutar de la lactancia materna , también en verano:

Tomas más frecuentes y cortas. La leche es tanto alimento como hidratación para el bebé. Con la llegada del calor es normal que pida pecho más a menudo, ya que en la primera parte de la toma la leche tiene más agua y menos grasa en su composición. Por reiterativas y cortas que parezcan es importante atender esas demandas para evitar una posible deshidratación.

Amamantar en un lugar fresco. Usar el aire acondicionado o el ventilador para refrescar la estancia en la que se va a amamantar es una práctica recomendada. Hay que tener en cuenta dos sencillas recomendaciones: no dirigir el chorro de aire directamente sobre el bebé, por un lado, y no bajar demasiado la temperatura de la habitación, por otro.

Evitar el molesto sudor. Durante la toma es habitual que tanto bebé como mamá suden, por la subida de la temperatura corporal que viene aparejada a la producción de leche y la cercanía física. El uso de muselinas o gasitas colocadas entre ambos mientras el bebé come puede ayudar a evitarlas.

Tampoco hay que descuidar la hidratación de la madre. De forma habitual, las mujeres que amamantan sienten sed, que puede ser más acuciante con el calor. Tener a mano una botella de agua mientras se da el pecho se vuelve fundamental en verano.

La extracción de leche ha de ser más cuidadosa en verano. Algunas mujeres se sacan leche para que otra persona pueda alimentar a sus bebés. Emplear un extractor, ya sea eléctrico o manual , facilita mucho la labor en estos casos. Para evitar que la leche extraída se eche a perder, en verano es mejor refrigerarla de manera inmediata.