«Con el Gospel niños y mayores aprenden que estar juntos es divertido»

Desde su primera edición en 1994, la respuesta del público al festival 'Grandes del Gospel' ha sido tan entusiasta que ya es toda una tradición en el Madrid navideño. Y después de volver a batir récords de venta de entradas en 2022 -dese prisa si quiere hacerse con alguna este año-, cuando logró superar el noventa por ciento de aforo en todos sus espectáculos, el evento regresa en su XXIX edición por todo lo alto al Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, que se convertirá en la casa del góspel en la capital con un programa que presenta grandes voces del género llegadas desde Estados Unidos.

Las sesiones de Gospel4Kids, que tendrán lugar el 2 y el 3 de diciembre a las 17:30, no son ajenas a los grandes del gospel pero, tal y como reconoce Luis Manjarrés director artístico de este programa, «estarán obviamente dirigidas a los más pequeños y a sus familias. El objetivo sin duda es transmitir el ABC del gospel a las nuevas generaciones. Y el ABC del gospel en inglés siempre empieza en inglés con las palabras feeling, freedom and fun: sentimiento, libertad y diversión».

Este tipo de conciertos, aclara Manjarrés, «no son conciertos pedagógicos, con los que pretendemos enseñar o aprender, desde un punto de vista académico o cultural clásico. El gospel lo que quiere es divertir, sorprender y conmover. En definitiva, lo que quieres sentir cuando vas a un espectáculo. Siempre obviamente hay algo pedagógico en el showbusiness porque siempre se aprende algo«.

«Pero lo más bonito y lo verdaderamente importante de estos conciertos, porque si no no estaríamos cumpliendo nuestros objetivos -prosigue-, es cuando se transmite de manera natural. Y normalmente lo natural no se transmite de forma estirada y aburrida. Sencillamente lo natural es siempre divertido, no constriñe. Sencillamente aprendes y probablemente eso sea lo más bonito que tiene este tipo de programas».

Así lo expresa Manjarrés, cuya vinculación con el Gospel viene de lejos. «Viví durante un tiempo en Nueva Orleans. El mundo de las Iglesias negras, en el estado de Mississippi, lo conozco un poquito -admite con humildad-. Allí suelen acudir muchas mujeres, y también niños. Por otra parte, y sin que los menores supongan una presencia abrumadora en los conciertos en España, sí que son un público objetivo».

En ese sentido, prosigue, «digamos que hay un aspecto en el que reparar, y es que, sencillamente, el Gospel es, como dicen los norteamericanos, un `Clean Entertainment' es decir, es apto para todos los públicos, desde los 8 hasta los 80 años. De hecho allí no es infrecuente ver en un concierto regular de Gospel a tres generaciones».

A su juicio, hay otro aspecto que hacía prever el éxito de esta cita en nuestro país y es que, sencillamente, los festivales son un diálogo con el público. «Eso es algo que está muy presente en el mundo del espectáculo español. En nuestro caso lo que más pesa, y lo que nos otorga mayor satisfacción, es ver lo que estás transmitiendo, y que niños y mayores están aprendiendo, es que estar acompañado con más gente es divertido…Si hay algo que caracteriza al género del gospel es que es una experiencia comunitaria, donde al final acabas dando palmas y cantando juntos».

De hecho el repertorio ha ido evolucionando con el público. «Empezamos con grandes del gospel muy a principios de los 90, y en treinta y dos años que llevamos en carretera las giras de gospel de una forma continua el espectáculo ha cambiado mucho. Antes estábamos más vinculados al negro espiritual. Ha habido de todo. Ha sido un proceso de aprendizaje con el público. Ahora quizás vemos que no toda la gente sabe las canciones, pero sí que muchas personas están familiarizadas con el género» .

Las corales, explica Manjerrón, «no tienen todo adaptado, pero se mueven en un arco de canciones de 60-70 canciones que quizás que el público no las sepa, pero si conoce la música. Amazon grace, Happy Day… E insisto: Esto no es un tema pedagógico, sino de fascinación. Si el artista que está en el escenario es capaz de tocar el alma del público, desde los más agudos a los más graves, tienen en ele escenario al flautista de hamelin que te lleva donde quiere. Con independencia del idioma, o del conocimiento, es capaz de llegar al punto que le pides a cualquier show, es que cuando salgas del espectáculo lo hagas más feliz de lo que entraste».