El truco de magia con el que pasas de papá truquero a un superpapá

En sus páginas vamos a encontrar más de 50 trucos de magia sencillos y fáciles de aprender para realizarlos en diferentes situaciones habituales que vivimos con nuestros hijos: después de comer, en medio de un viaje en coche, en la cola del súper, el ratito de antes de dormir… Momentos en los que más de un padre desearía tener poderes mágicos.

Con Borja nos ponemos «manos en la magia» y esperamos que nos regale un buen truco durante la entrevista para poner en marcha con nuestros hijos en casa.

A muchos padres les hubiera gustado conocerte durante el confinamiento y, de hecho, en el libro sugieres muchas situaciones en las que están los padres con los niños aburridos donde sería muy útil utilizar la magia.

¡Claro! Cuántas veces no hemos estado en tiempos muertos, sobre todo durante el confinamiento... Pero, por ejemplo, cuando terminas de comer y tu hijo empieza a dar vueltas por la mesa, cuando estás esperando en la cola del médico, cuando tú estás con tus amigos, cuando se van a dormir o cuando vas a dar un paseo. ¡Es alucinante pero los niños de hoy se empiezan a aburrir incluso dando un paseo! Hay muchos momentos en el día donde los padres necesitan de recursos para captar la atención de sus hijos constantemente y la magia es una herramienta fantástica para ello.

Los niños hoy tienen una falta de atención tremenda, y cuesta muchísimo captar ese interés. ¿Cómo nos podemos servir de la magia para lograrlo?

Esto es una anécdota curiosa que me pasa en todos mis shows de magia: Siempre vienen los padres y lo que más les sorprende no es la magia, ¡lo que más les sorprende es que su hijo haya estado pegado al asiento una hora y media viendo mi espectáculo sin parpadear!

He demostrado muchas veces en mis espectáculos, en mi Instituto de Magia, que la magia es la herramienta perfecta para conectar con tus hijos. Básicamente porque se habla el lenguaje de los niños. Al final la magia habla el lenguaje de la imaginación, de la ilusión, y es lo que quieren y lo que buscan constantemente los niños. Lo que pasa es que cuando vamos creciendo esa ilusión se va perdiendo y hace que les vayan interesando otras cosas. El libro lo que busca también es reconectar con tus hijos desde ese punto de la ilusión.

También hablas de la magia como una herramienta que puede ayudarles en su desarrollo. ¿Cómo, de qué forma puede ayudar a los niños?

Todos desde pequeños, te juntas con alguien que no conoces,y te pones a jugar, sin conocerle de nada, y cuando somos mayores es que te entra la vergüenza, empiezas a tomar distancia con todo el mundo… y vas perdiendo habilidades sociales. Eso es lo normal porque así es la sociedad.

Pero la magia, en efecto, es una gran herramienta de crecimiento y desarrollo, porque tiene un componente psicomotriz que te permite desarrollar una serie de habilidades sociales y psicológicas que vienen muy bien durante el crecimiento infantil. La magia ayuda, por¡r ejemplo, a aprender a hablar en público, a saber expresarte, a captar la atención de la gente... A través de los efectos de la magia se consigue conectar con la audiencia de una manera diferente.

¿En qué momento o cuál es la mejor edad para hacer magia con tus hijos?

La magia es el lenguaje de los niños pero creo que la edad concreta, que es como la edad dorada para la magia, que es entre los 6 y los 9 años, antes de los 6 años todo es mágico. Ellos ven moverse una puerta y parece que la está moviendo alguien. ¡Cuántas veces no nos han hecho nuestros padres el truco este de apagar o encender la luz simplemente poniendo la mano detrás de la espalda y tocando en el interruptor! Para un niño de 3 o 4 años eso es magia.

Cuando van creciendo van conociendo cómo funcionan las cosas, van perdiendo esa ingenuidad y empiezan a entender esa razón de ser de las cosas. Pero aún así los magos rompemos la lógica y sorprendemos.

Luego llega una época, cuando llega la adolescencia y la preadolescencia, en la que los niños no creen tanto en las cosas, pierden un poco la ilusión.

Creo que la clave para reconectar con ellos, da igual la edad que tengan. Es hablar a la ilusión de cada niño y sobre todo al intentar conectar con ellos a través de lo que les interesa o les apasiona.

Vamos a hacer un truco y cuál es el mayor secreto para ser un superpapá y no un papá truquero.

La principal diferencia es crear una atmósfera mágica. Aunque voy a hacer luego un apunte con la palabra truco y truquero, que esto es muy interesante. Pero sobre todo, crear una atmósfera mágica. Y la atmósfera mágica se crea con cariño, se crea con práctica, se crea tomándolo en serio con tu hijo. No diciendo: «Mira hijo te voy a hacer un truco y ya está». Eso es un papá truquero. O «tengo una moneda y ya está, ha desaparecido». No estás generando ambiente, estás solo centrándote en el truco.

Te voy a poner un ejemplo muy claro: es la diferencia entre cenar cualquier cosa rápida que has descongelado porque hay que irse a la cama rápido, o un domingo oler un guiso de tus padres, que se ha cocinado todo el día y que cuando te lo comes es magia también.

Es un poco lo mismo. Cuando tú trabajas en ese efecto, en crear esa atmósfera, en que todo tenga importancia, cómo vistes, las palabras que cuentas, cómo te mueves, cómo miras a los ojos a tu hijo, el tema que tocas… todo esto confluye en generar una atmósfera que hace que tu hijo se quede embelesado. Ese es uno de los secretos de la magia.

Es decir, hay que ensayar... mucho.

Hay que ensayar y tomárselo en serio, un poquito.

No hay nada peor que preparar el truco y que no te salga.

Tampoco pasa nada, no hay que alarmarse, los trucos pueden salir mal. Para eso está la práctica, sobre todo. No obstante, en el libro tenemos casi magia a prueba de fallos. Son efectos que mucha gente se pregunta, ¿qué pasa si fallo? No soy una persona habilidosa con las manos… todo esto, después de casi 9 años enseñando a los demás a hacer magia he desarrollado muchas metodologías para que todos, aunque no tenga habilidad en las manos, puedan hacer trucos increíbles de magia, incluso tú puedes hacer magia.

Entonces, Borja, ¿lo del truco que nos ibas a regalar?

Por cierto, no hay que centrarse en la palabra truco, porque al final truco implica trampa, que hay algún secreto… Para mi ese es el gran secreto del mago, no centrarte en el truco, en la trampa, sino en el proceso. ¿A que os habéis quedado con ganas de más? Ese es el truco, ¡que la magia os acompañe!