Torrijas en Semana Santa, ¿una bomba calórica que hay que evitar?

¿Qué podemos alegar en contra? «Quizás que la cantidad de azúcar blanco, junto al pan de barra blanco, provoca una elevada cantidad de azúcar en sangre, activando la lipogénesis (almacenamiento de grasa) como mecanismo de reserva energética», explica. También, añade, que «la fritura es una práctica culinaria de la que no podemos abusar, pues el alimento se impregna en grasa y se forman compuestos tóxicos con el calentamiento del aceite».

Por fortuna, advierte esta coach nutricional , «la antigua receta de la torrija poco a poco se ha ido adaptando a las nuevas tendencias nutricionales con gran abanico de opciones menos calóricas». Quintás propone hacer la torrija algo más saludable «reduciendo o cambiando los ingredientes que menos nos conviene: por ejemplo, podemos elaborar una torrija con pan integral, con otro edulcorante que no sea azúcar y al horno (sin aceite)».

Torrijas sin azúcar: es una buena opción para personas diabéticas o con obesidad ya que al reducir el contenido en azúcar, evitamos el pico de glucosa en sangre y reducimos las calorías.

Torrijas con pan integral: el contenido en fibra hace que el pico de glucosa no sea tan alto, mejorando así la glucemia (recomendado para diabéticos). Además tiene mayor poder saciante y contiene más vitaminas y minerales que el pan blanco.

Torrijas al horno sin aceite: para evitar frituras, una buena manera es realizar las torrijas en el horno. Para ello hay que cubrir las rebanadas de pan con leche y añadir canela por encima. Después, pasar las rebanadas por huevo y meter al horno 15 minutos a 180ºC por un lado y 15 minutos por otro lado.

Aún con estos motivos, concluye Quintás, «quizás haya que matizar que una torrija tradicional, elaborada por nosotros es mucho más aconsejable que cualquier otro alimento procesado. Todo depende de la cantidad que se consuma».