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Desórdenes cerebrales (algunos) ¿entrenamiento cerebral o medicación?

Algunos expertos aseguran que entrenando cerebro está en hora, equilibrado, todo lo demás se regula

Desórdenes cerebrales (algunos) ¿entrenamiento cerebral o medicación?

s. f.

«Cuando el cerebro está en hora, equilibrado, todo lo demás se regula». Así explica Marta Romo, pedagoga especializada en neurociencia aplicada al aprendizaje y la creatividad, la importancia de tener a punto nuestro cerebro y cómo técnicas de entrenamiento como el «neurofeedback» intervienen directamente en la generación de nuevas conexiones entre neuronas y la autorregulación del cerebro. Y cómo este procedimiento evita en algunos casos el uso de fármacos cuyos resultados no son claros y el consumo incluso puede perjudicar más que beneficiar, asegura esta experta. Pero ¿qué es el «neurofeedback»? «Es un entrenamiento con el que alimentamos o le decimos a nuestro cerebro cómo está funcionando, y que a la vez regula los déficits o carencias que podamos tener. Estoy pudiendo comprobar de primera mano cómo se transforman los cerebros de un montón de personas a través de este entrenamiento. El comentario más generalizado es que, además, de resolver el problema que traían (insomnio, déficit de atención, fatiga, migrañas, depresión, apatía, estrés…), vuelven a sentirse ellos mismos», explica la experta.

El Neurofeedback interactúa con el cerebro y le ofrece la información necesaria para que funcione mejor, independientemente de las causas o los motivos. Un estudio llevado a cabo en 2013 por 'The Applied Brain Research Foundation' de Ohio, afirma que el entrenamiento mental con Neurofeedback reduce los síntomas de disfunción cognitiva en un 90% de los pacientes que han recibido quimioterapia. “La industria farmacéutica está que trina con este tema, pues también se están publicando estudios que comparan los beneficios de este entrenamiento con el consumo de medicamentos y los datos arrojados son muy impactantes”, argumenta Romo, quien amplia: por ejemplo, muchos niños con problemas de atención son medicados con Concentra o con Ritalin entre otros estimulantes que contienen metilfenidato, clasificado por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos como un narcótico de clase II: la misma clasificación que la cocaína, la morfina y las anfetaminas, mientras que el tratamiento con Neurofeedback regula sus cerebros y sin efectos secundarios”.

Los datos de una investigación, realizada en 2009 por el Instituto Zengar y supervisada por la Universidad de Victoria en Canadá, demuestran una mejora del 88% en niños entrenados con Neurofeedback, frente al 44% que ofrece el Ritalin. O con respecto al trastorno obsesivo compulsivo también se ha demostrado una mejoría del 39,2% con Neurofeedback, frente al 19% que ofrece el consumo de Prozac. “Todavía es una técnica muy novedosa en nuestro país, que cada vez tiene más adeptos por sus increíbles beneficios. Estoy segura que este tipo de entrenamiento en gimnasios cerebrales, estarán de moda en unos años, como los gimnasios para entrenar el cuerpo”, concluye Marta Romo.

Algo de historia

¿Cómo surge la idea para este entrenamiento cerebral? Primero hay que hablar de las ondas cerebrales. En 1875, el medico británico Richard Caton constató sobre animales que la actividad eléctrica del cerebro estaba ligada a la actividad mental. Y unos cincuenta años después llegó el descubrimiento del primer electroencefalograma. Ya se pensaba entonces que ciertas señales eléctricas anormales reflejaban desordenes clínicos y que las diferentes cosas que hacemos a lo largo del día, requieren diferentes estados de conciencia: estar relajados, totalmente concentrados, alerta o dormidos.

Las neuronas se comunican entre ellas a través de señales eléctricas procedentes del cerebro y estas se miden en ondas cerebrales. Las frecuencias de las ondas cerebrales nos indican el estado del cerebro en un momento puntual. El cerebro necesita mucha flexibilidad para poder adaptarse a los cambios del entorno y la falta de esta, puede hacer que estemos de mal humor, tengamos problemas de concentración, de sueño, estrés, agotamiento… “La mayoría de las personas solo accedemos a un número determinado de estados de alerta, y no siempre somos capaces de llegar a estados que requieran frecuencias más altas. Nos quedamos enganchados en frecuencias lentas. La elasticidad o resiliencia es la capacidad del cerebro para recuperarse de circunstancias negativas -desde una discusión, un mal día en el trabajo a algo más grave-. Un cerebro resiliente recupera su estado original rápidamente, sin obstaculizarse con pensamientos repetitivos negativos y pudiendo pasar de una actividad a otra diferente sin problema”, expone la experta.

Por todo lo expuesto, Marta Romo recomienda entrenarse con Neurofeedback: “en ocasiones, nuestro cerebro necesita un pequeño empujón, sobre todo cuando te esfuerzas por regular tus emociones y no lo consigues. Tanto si estás decaído y con pocas ganas, como si estallas con las personas que no tocan y en momentos que no son apropiados, te puede venir bien este entrenamiento. El Neurofeedback dinámico puede darte ese impulso para que, equilibrando tus ondas cerebrales, puedas tomar el timón y elegir cómo sentirte en cada momento”

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