Familia
Cómo tratar al niño diabético en verano
No cambiar sus hábitos de vida, practicar ejercicio moderado y controlar la hidratación resulta vital
Ainhoa P. Ambrós
Durante el periodo de vacaciones los niños cambian su ritmo de vida, horarios e incluso su lugar habitual de residencia. En el caso de los niños diábeticos es vital mantener el orden en sus hábitos y respetar las rutinas que realizan durante el resto ... del año.
Los meses de verano provocan además que se relacionen con otros niños que se pasan el día corriendo, tomando dulces y alterando los horarios de las comidas de un modo más relajado. Por ello es importante que los padres mantengan la rutina del niño así como una especial atención en su dieta .
La doctora Paloma Gómez Díaz (profesora titular en la Facultad de Enfermería de la Universidad Complutense de Madrid ) ofrece unos sencillos consejos a seguir:
—Seguir con sus horarios de comida y continuar con la dieta pautada por el especialista.
—Si toma o se inyecta medicación específica para la diabetes seguirá haciéndolo en el mismo horario .
—Es bueno que realice ejercicio físico pero controlado y no en exceso con relación al resto del año. Es preferible la natación en lugar de correr.
—Como es muy probable que realice más ejercicio (o distinto) que el resto del año los padres deberán realizar una vigilancia ante posibles síntomas de alteración de su glu cemia , así como realizar controles frecuentes.
— Evitar en la medida de lo posible que el niño sude en exceso procurando no hacer el mencionado ejercicio en las horas de calor.
—Es muy recomendable dar paseos siendo además una buena ocasión para disfrutar de un momento agradable en familia.
—Debe beber bastante líquido. Mejor agua y zumos naturales . Y, por supuesto, no consumir helados con azúcar. Se puede optar, con moderación y control, por los helados sin azúcares añadidos.
—El resto de hábitos saludables como el descanso y el sueño serán los habituales según la edad tal como las realice el resto del año. No cambiar las rutinas al pequeño y permitirle disfrutar del ocio y los juegos propios de la edad y el verano sin que acuse los cuidados especiales que requiere.
Si se siguen estas sencillas recomendaciones indicadas, el niño no tiene por qué presentar ninguna alteración en sus niveles de glucemia habituales. En caso de presentarla se deberá acudir al centro de salud de referencia por si precisara algún tratamiento específico.
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