Vía libre para que los españoles adopten niños en Rusia

Hoy representantes del Gobierno español y ruso firmarán un convenio bilateral que «armoniza» las legislaciones de ambos países para la adopción de menores rusos por parte de familias españolas, lo que permitirá desbloquear esos cerca de 500 expedientes paralizados desde el pasado mes de julio, fecha en la que el Ejecutivo de Vladímir Putin cambio su Código de Familia. A partir de ese momento, cerró el paso a que familias monoparentales de países donde se reconocía el matrimonio entre personas del mismo sexo pudieran adoptar niños rusos.

Así lo recoge la web adoptinrussia.ru, la pagina de información sobre adopciones internacionales elaborada por el Ministerio de Educación y Ciencia de Rusia: no pueden ser adoptantes «las personas del mismo sexo que tienen relaciones conyugales y cuyo matrimonio fue reconocido y registrado conforme a la legislación del Estado donde este tipo de matrimonio está permitido por la Ley, así como las personas que son nacionales del Estado mencionado y que no tienen relaciones conyugales». Es decir, parejas homosexuales y solteros/as ya no pueden adoptar en Rusia. Antes de esto, tampoco se permitía a las parejas de hecho. Fuentes del Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales estiman que esta medida afecta directamente a unas 20 familias monoparentales que ahora se encuentran con sus expedientes paralizados.

«Rusia no quiere una adopción encubierta por parte de parejas homosexuales», asegura Miguel Góngora, presidente de Adecop, una de las Entidades Colaboradoras de Adopción Internacional (Ecais) españolas. Pero el punto de mayor fricción durante las negociaciones entre ambos países para llegar al convenio que hoy se firma ha sido otro, según Manuel Luna, coordinador de Aipame, una Ecai que opera en Rusia. Uno de los cambios en el nuevo acuerdo es que las autoridades rusas podrán solicitar informes sobre la situación de los menores rusos adoptados por las familias españolas hasta que estos cumplan los 18 años, con independencia de la fecha en la que se haya constituido la adopción y siempre respetando la legislación de nuestro país.

«Los niños rusos adoptados mantienen doble nacionalidad, la española y la rusa hasta los 18 años —explica Manuel Luna—. A partir de ahora, si por las razones que sea, ese niño queda privado de la tutela de sus padres y tiene que ser reubicado en otra familia, las autoridades rusas quieren dar el visto bueno. Así se aseguran de que difícilmente serán entregados a una pareja homosexual. Es decir, tienen cierta potestad para decidir hasta que el niño cumple los 18 años».

De hecho, a partir de ahora, hay que enviar a Rusia informes «sobre las condiciones de vida y educación de los menores en las familias adoptantes» hasta que alcancen la mayoría de edad, explica la web adoptinrussia.ru. Cinco informes durante los tres primeros años de convivencia del menor con la familia adoptante. Y después uno cada 23 meses hasta que el niño cumpla 18 años. Luna añade que es necesario notificar desde «el nacimiento de un hermano, la muerte del padre, hasta un cambio de domicilio...». Incluso adjuntar fotos de la familia en el momento de realizar el informe, según la citada web.

Antes de estos cambios se emitían cuatro informes durante los tres primeros años que el menor vivía con su familia adoptante, «salvo que los jueces rusos vieran alguna señal de peligro, por ejemplo, un divorcio contencioso. Entonces pedía más informes», indica Antonio Llorente, presidente de Andai , otra de las Ecais operativas en Rusia. «Creo que el mayor control sobre los niños adoptados responde más a casos que se puedan dar de abandono o malos tratos», matiza.

No obstante, fuentes del Ministerio de Sanidad aseguran que «básicamente la novedad del convenio es que hay un control bilateral de los seguimientos de los niños. Se verá caso por caso de acuerdo con la legislación del país receptor». En este caso de España.

Aunque el convenio ha sido acogido de buen agrado por parte de las Ecais y la Federación Española de Ecais (Feecai) , algo que consideran «necesario desde hace tiempo», son conscientes de que la firma de hoy entre ambos gobiernos es importante, pero que el acuerdo no entrará en vigor hasta que sea ratificado por las Cortes españolas y la Duma rusa. Lo que puede no demorarse. «En Rusia hay interés por aplicar el convenio y tener las cosas organizadas», estima Llorente. Y en España también «es un asunto prioritario», aseguran fuentes del Ministerio de Sanidad.

El acuerdo lo firmarán, por parte española, los ministros de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, y de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato. Y por parte el Gobierno ruso, el viceministro de Educación y Ciencia, Benjamin Kaganov.