familia
¿El boom de las Mary Poppins españolas?
Tras conocerse que la cuidadora del hijo de los duques de Cambridge es española, ABC se adentra en Norland, la mejor escuela de niñeras del mundo

Catalina de Cambridge posee una extraordinaria capacidad para convertir en tendencia todo lo que toca. Por ello, no es de extrañar que después de decantarse por una niñera española para mecer la cuna del tercero en la línea de sucesión al trono británico, la aristocracia en Reino Unido comenzara a fijarse en chicas «made in Spain» para hacerse cargo de sus retoños. Contratar a una cuidadora española no sólo permite que los pequeños se familiaricen con una de las lenguas más habladas del mundo, un factor que podría haber motivado la decisión de los Duques de Cambridge , sino que además el carácter cercano, familiar y hogareño del carácter español pueden disminuir significativamente las posibilidades de que el niño rechace a su «nanny».
Cada día centenares de chicas españolas aterrizan en Reino Unido para trabajar como au pair (en el caso de ser interna) o como niñera (si reside en su domicilio particular). Aunque a primera vista pueda parecer que el rol de cuidadora no requiere cualificación específica, la realidad es bien distinta, sobre todo en el caso de que las chicas vayan a influir en la educación de hijos de aristócratas o miembros de la realeza. En Bath, a tres horas de Londres, la academia Norland lleva más de 120 años formando a la élite mundial de las niñeras. De sus aulas han salido las nanas de los hijos del rockero Mick Jagger, el tenista Roger Federer, la duquesa de York o Ana de Inglaterra.
La exquisita formación que se dispensa en este centro no está al alcance de todos. Además de pagar los 43.200 euros que cuesta la matrícula (sin incluir el uniforme), las aspirantes se enfrentan a unas durísimas pruebas de admisión, como leer un cuento ante la mirada desafiante de un jurado que detectará a las chicas que ya presentan una predisposición para el rol entre las miles de candidatas. Estas futuras Mary Poppins reciben clases de idiomas, conocimientos alimenticios incluyendo talleres de cocina, costura, primeros auxilios y otras sesiones más específicas como ajustar las sillitas de bebé en el coche.
Tres años de formación
El periodo de formación dura tres años y el título que obtienen equivale a un grado universitario. La incorporación no se produce de manera inmediata, sino que como en otras profesiones, después de aprobar los exámenes finales, realizan un año de prueba con una familia. Pero el esfuerzo habrá valida la pena ya que los sueldos oscilan entre los 26.000 y los 54.000 euros anuales. No todas terminan en opulentas mansiones o residencias palaciegas. Algunas levantan el vuelo y son contratadas por Etihad Airways , la aerolínea de Emiratos Árabes Unidos. Casi 500 “flying nannies” ofrecen un servicio a bordo de guardería donde se encargan de la comida y el cuidado de los niños para que los papás puedan disfrutar del vuelo.
Por supuesto, desde que Emily Ward (pionera en educación infantil) fundara la escuela en 1892, en el ocaso de la era victoriana, los programas de formación se han evolucionado adaptándose progresivamente a las demandas de los nuevos tiempos. Estas Mary Popins han cambiado los paraguas por el volante y reciben clases de conducción en condiciones extremas, para saber escapar de los paparazzis y evitar que fotografíen a los niños. También las entrenan en artes marciales para poder defender al pequeño de potenciales secuestradores. «La clave es no soltar nunca el cochecito. Ellos son nuestra prioridad y tienes que estar segura de que los puedes proteger», comenta Abigail Harris, una estudiante de Norland, en declaraciones a la BBC.
Las materias no han sido el único símbolo donde se refleja la evolución de la escuela que ha formado a más de 7000 jóvenes. Quizá sean los uniformes los que mejor representan el paso del tiempo. Desde los orígenes, cuando vestían de gris y rosa, hasta el azul que al final retiraron para diferenciarlas de las doncellas. A finales de 2013, implantaron la última versión de color marrón, con un abrigo de paño camel, sombrero de fieltro, bufanda blanca con la «N» de Norland y guantes blancos que les otorgan un aspecto impecable. El pelo debe recogerse siempre en un moño. «Norland tiene que ser moderna. Tenemos que saber satisfacer todas las necesidades de las familias y entendemos los requerimientos del siglo XXI», comenta Claire Burgess, profesora de la academia.
Noticias relacionadas
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete