Familia
«¡Bendito ABC!»
A los padres de Hugo —el niño al que le quedan 5 años de vida— el banco les alarga el plazo para que sigan en su hogar y una llamada les ofrece un empleo gracias a un reportaje en ABC
«¡Bendito ABC!»
«No estoy contenta, estoy lo siguiente. ¡Bendito ABC!». Así de emocionada y eufórica se muestra Queralt Cota, la madre luchadora infatigable de Hugo, un niño de ocho años al que le quedan cinco años de vida por padecer una enfermedad rara, mucopolisacaridosis, por la ... que su cuerpo no produce una enzima, lo que origina multitud de anomalías físicas en todos los órganos, especialmente en el cerebro.
Sus padres, los dos en paro desde hace dos años, sienten la rabia de no poder dar la mejor calidad de vida posible a un hijo que tiene sus días contados. Pero un reportaje les ha devuelto la sonrisa y la esperanza. «Después de su publicación, recibimos una llamada de la entidad bancaria con la que tenemos la hipoteca contratada que nos dijo que debíamos abandonar la casa esta semana, pero nos han dicho que podemos quedarnos más tiempo, aunque aún no nos han especificado hasta cuándo. No obstante, estamos buscando una casa de alquiler digna para que Hugo no de pasos hacia atrás en su enfermedad», apunta Queralt Cota.
Por si fuera poco, «ayer, cuando salió el segundo reportaje en ABC sobre nuestra historia recibimos multitud de llamadas mostrándonos apoyo moral y econonómico, pero hubo una llamada muy especial: ¡me ofrecían un trabajo!», asegura con voz entrecortada.
Lo primero, unos audífonos
El lunes ha quedado en hablar con esta empresa y empezará a trabajar de inmediato. «Me parece un sueño. Quiero agracercer toda la ayuda económica porque nadie se puede imaginar lo que nos ha ayudado. Sin embargo, me gustaría dejar de dar las gracias, porque lo que realmente quiero es trabajar y ganarme un sueldo para cuidar a Hugo y al pequeño Marcos, de cuatro años».
Queralt y Ernesto, el padre de los niños, apuntan que de las primeras cosas que harán con el primer sueldo, será poner unos audífonos a Hugo porque «hasta la semana pasada ha estado con unos drenajes en los oídos que ya le han quitado y que no le pueden poner de nuevo. La única solución para que nos escuche un poco son los audífonos que, de momento, no nos podemos permitir. Quizá eso le permita recuperar un poco el habla, que perdió cuando sufrió su primer ataque epiléptico».
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