Guía para que sus hijos disfruten de la nieve sin preocupaciones
Sepa cómo hidratarle, protegerle del sol, cuál debe ser su alimentación... mientras esquí o se resbala por la nieve

Al igual que el agua, a la mayor parte de los niños la nieve les encanta. Y ahora es el momento ideal de disfrutar de tan preciado elemento. Muchas familias hacen el esfuerzo de reservar unos días de vacaciones para ello y también en los colegios se organizan excursiones de un día o estancias de una semana para vivir la nieve en plena naturaleza.
Esquí alpino, esquí de fondo, snowboard... Las posibilidades que ofrece la nieve son inmensas, aunque sea el esquí el deporte mayoritario. Sea solo para disfrutar, para hacer muñecos de nieve, resbalar, tirar bolas o para empezar a practicar algún deporte de invierno o perfeccionar aquellos que ya se han iniciado, existe una serie de cuidados y precauciones que hay que tener en cuenta a la hora de llegar a la nieve.
Dos expertos, Luis Albajara, pediatra del hospital universitario La Paz, y Almundena Fernández, de la Federación Madrileña de Deportes de Invierno, ofrecen una guía básica para hacer más segura y cómodas las actividades en la nieve.
—Edad recomendada. El niño suele disfrutar plenamente del esquí u otros deportes de invierno a los siete u ocho años que es cuando coordina todos los movimientos. Pero antes, a partir de los cuatro años, pueden iniciarse en el esquí ya que tiene fuerza suficiente en las piernas para mantener con seguridad el equilibrio. Empiezan jugando con las tablas, sobre plano, y poco a poco aprenden deslizarse.
Se inicie o no en el esquí, los más pequeños (cuatro años) siempre pueden aprender a divertirse en la nieve, a jugar y conocer el medio.
Con los bebés debemos tener en cuenta que apenas se mueven. Por tanto, deben ir a la nieve bien abrigados.
—Escoger un buen equipamiento. Existe todo tipo de prendas con una alta tecnología y adaptada a niños en tiendas especializadas y para alquilar en las propias estaciones de esquí. Hay que asegurarse que tienen buena calidad, que sean prendas calientes e impermeables.
Se aconseja vestir al niño con varias capas. La primera capa, la que está en contacto con el cuerpo, es mejor que sea transpirable porque pueden sudar y si paran de hacer alguna actividad pueden quedarse fríos.
Para los más pequeños, el mono de una sola pieza, es lo mejor aunque pueda resultar un poco incómodo para esquiar, pero les mantiene caliente. El mono de dos piezas es para los más mayores.
Se puede llevar algún respuesto de calcetines, manoplas, o camisetas interiores.
Ejemplo de equipamiento: Pies: calcetines térmicos y botas de esquí. Piernas: leotardo térmido y pantalón caliente e impermeable. Cuerpo: camiseta térmica, un forro polar o cortavientos y un anorak caliente, impermeable y transpirable. Manos: guantes calientes e impermeables (no guantes de lana). Cabeza: casco y gafas de ventisca. Cuello: si no lo cubre el anorak, utilizar una bufanda o un buff.
—Equipamiento de seguridad, adecuado a la edad. Los esquís deben ser acordes al nivel, altura y peso del pequeño y las tablas tienen que llevar la atadura a la presión adecuada al peso del niño. Las botas deben ser aptas para la edad, que sujeten y ajusten pefectamente para evitar lesiones en el tobillo.
Los niños y adultos deben esquiar siempre con casco aunque sea incómodo pero protege de golpes y probables lesiones. Si el niño tiene un nivel importante y practica esquí por pistas rojas, negras o fuera de pista tiene que llevar un protector de espalda, así como protección en antebrazos y piernas.
—Alimentación. El desayuno es la comida principal: lácteo (leche o yogur), fruta o zumo natural, cereales (pan integral, cereales de desayuno, galletas, pan que se puede acompañar con aceite de oliva, mermelada, miel, mantequilla). Hay que hacer un almuerzo en las pistas, y nunca, nunca, dejar de hacer la comida de medio día. Puede ser pasta, ensalada y fruta... pero no muy copiosa, porque después hay que continuar esquiando. Por la tarde, merienda y cena, pero esta última tampoco debe ser copiosa.
A lo largo de todo el día, siempre hay que llevar algún tentempie en una mochila pequeña que aporte mucha energía y pese poco: un poco de chocolate, alguna fruta o barrita energética adecuada a su edad...
—Hidratación. Es el aspecto que más se descuida. Los niños no suelen llevar reservas de agua, y es algo fundamental. En la nieve no se siente sensación de sed, pero el cuerpo sí se deshidrata. Por eso hay que llevar una pequeña mochila, que no moleste los movimientos, con líquidos. De 4 a 6 años deben beber como mínimo 1,5 litros de agua y de 7 a 12 años en torno a dos litros.
—Protección solar. Fundamental. Los ojos deben protegerse con gafas de ventisca y buenos filtros. Y piel tiene que llevar crema de protección total, cuanto más alta mejor (por encima de 50 UVA/UVB), ya que los niños tienen una piel muy delicada. Cuanto más pequeños mayor protección. La crema se debe dar en la cara, el cuello, las orejas y no olvidar los labios. Y en todas las zonas del cuerpo que no estén cubiertas.
—Hacer gala de una buena disciplina en las pistas. Para esquiar y evitar accidentes hay unas normas básicas que deben respetar niños, adolescentes, jóvenes y adultos: ir a una velocidad controlada, sobre todo, en la zona de recepción donde se acumula más gente; respetar al que va delante que tienen preferencia sobre los que van detrás; no acceder ni esquiar en las zonas para las que una persona no tiene nivel suficiente para hacer un esquí controlado...
Los niños no son los que más se accidentan. En los más pequeños hay que controlar los resbalones y sus posibles dificultades para moverse con agilidad en la nieve. En los más mayores, hay mayor riesgo de lesiones provocadas por no lllevar casco o porque les arrollen. En las pistas más bajas y de menos desnivel es importante que cuando vayan en grupo estén protegidos y dirigidos por monitores o padres que les controlen.
—Descanso: Los más pequeños duermen entre 10 y 14 horas, pero los niños ya de 8 a 12 años les basta con 8 a 10 horas.
Entre los 8 y 12 años, los niños pueden pasar todo el día en la nieve, pero deben hacer descansos. Después de una sesión de 3 o 4 horas esquiando, tienen que descansar una hora. Luego, podrán volver a esquiar dos horas más.
Los más pequeños también pueden estar todo el día en la nieve, pero hay que prestar mucha atención a la temperatura y a los descansos, que tendrán que ser más frecuentes.
—Para los niños con una actividad más sedentaria el resto del año, se les recomienda hacer un entrenamiento antes de ponerse sobre los esquís. Unas semanas antes pueden montar en bicicleta, jugar al fútbol... Moverse en definitiva.
—Para empezar a practicar algún deporte de invierno (el esquí es el más aceptado), lo mejor es que monitores profesionales enseñen a los niños, ya que conocen las características de la nieve, de la estación de esquí y sabrán aprovechar al máximo y adaptarse a las posibilidades de cada niño.
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