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humanismo

«Entender el funcionamiento del cerebro ayuda a entender a los demás»

Los profesionales del SXXI retoman las humanidades del SXV para «ser mejores en sus trabajos»

«Entender el funcionamiento del cerebro ayuda a entender a los demás» i.f.petrarca

r. de felipe

«Las olvidadas». «De las que no se acuerda nadie». «Las que no sirven para nada». Eso son para muchos las Humanidades pero, el estudio humanista, es mucho más que libros, letras e historia, y precisamente de esto ha tomado cuenta el Instituto Francesco Petrarca . Sus cursos de humanidades van más allá de todo eso, y este año, -y por segundo consecutivo-, darán comienzo en octubre los cursos del área de desarrollo personal y creatividad y los cursos del aula del cerebro. El humanista era en el SXV el sabedor, el que conocía, el que escribía en verso y en prosa y desigualaba entre música, dibujo y pintura. Conocía los grandes autores y pintores -que ya tenían nombre- y operaba con caballos en torneos, competiciones y juegos. La importancia del hombre, del saber quién soy yo y quién eres tú. El humanismo. La directora del Instituto de humanidades, Cristina Alonso, explica precisamente que, las disciplinas de desarrollo personal, «ayudan a conocerse a uno mismo y a los demás».

Programación neurolingüística, inteligencia social, lectura creativa, teatro, el cerebro, o coro son algunos de los cursos que se ofrece el Instituto Francesco Petrarca dentro de las áreas de desarrollo y del cerebro, dos áreas distintas que forman a los alumnos en humanidades pero concebidas desde un punto de vista moderno. Lejos de los mecenas, los palacios y las academias, se estudia en Madrid, humanismo del SXXI. «No podemos entender al ser humano sin tener en cuenta los avances de la neurociencia y el resto de progresos» apostilla Alonso. Tomando el relevo de los cortesanos y caballeros renacentistas, los profesionales alumnos que se embarcan -aunque sin nave- en estos cursos pretenden ya no un mejor manejo del rocín, sino optimizar algún aspecto para el mejor desarrollo de su labor profesional, «aquí vienen abogados, periodistas, directivos, notarios, etc...» matiza Cristina. Son muchas disciplinas útiles las que el profesional puede encontrar en el Instituto de Humanidades Francesco Petrarca, en concreto la neurolingüística . Esta es una disciplina que nació en los años 70 en EEUU y que ahora el Instituto Francesco Petrarca ha recuperado porque «entender el funcionamiento del cerebro es necesario para conocer la reacción de otras personas. Es práctico y de utilidad; se aprende y tiene una base de estudio de la neurología básica». Este tipo de cursos son demandados por directores y grandes profesionales ya que el hecho de conocer a los demás «te ayuda a gestionarlos» añade la directora.

Pero no menos importante es el curso de inteligencia social . Un programa educativo de 30 horas que trata de explicar cómo se comporta el cerebro cuando hablamos con los demás y profundiza en comprender cuáles son los factores que influyen en nuestro comportamiento cuando conectamos con otros. «Éste es un curso muy útil y práctico ya que es necesario para tener empatía con los demás. Esto es algo imprescindible en multitud de trabajos para conseguir objetivos y no ser un autómata. Un retorno al SXV, cuando se confíaba en el hombre y en su capacidad para alcanzar todos los campos de la sabiduría.

La oratoria es otra de las disciplinas de las que se encarga el área de desarrollo personal. Rescatando las palabras de Marco Tulio Cicerón, «no hay nada tan increíble que la oratoria no pueda volverlo aceptable», se encuentra la explicación de porqué los profesionales de la comunicación son los que más se decantan por este curso. «Es aprender a hablar en público, acompañado de un poco de teoría, que es fundamental» matiza Alonso. Trabajan entonación, vocalización, pausas y la actitud que es necesaria al hablar para lograr ser escuchado.

El teatro es otro de los cursos que ofrece el I. F. Petrarca. De la misma forma que la comedia humanista, tiene tintes pedagógicos. En el SXV estaba pensada para el diálogo y no para la representación, pero la riqueza de recursos expresivos y la técnica literaria eran incuestionables. De esto se trata. «Es un taller, aprenden a hacer obra de teatro, aprenden a expandirse, ponen a prueba su talento de actuar... y entra la oratoria....» añade Cristina Alonso.

Aula del cerebro

Es una de las parcelas más interesantes del Instituto de Humanidades Francesco Petrarca. En este aula se explica cómo funcionan las áreas del cerebro y las enfermedades que derivan en cada una de ellas. «En estas clases la gente que acude es más joven» acentúa Cristina Alonso.

Para los que ven poca relación entre la neurociencia, el cerebro y las humanidades, Cristina tiene la respuesta lógica «en este aula se estudian las emociones, el conocimiento, la memoria... y todo ello relacionado con el cerebro. Eso son humanidades porque al fin y al cabo el cerebro es la herramienta del hombre».

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