Aunque hace solo unos minutos que ha terminado el entrenamiento, Sergio Rodríguez (Tenerife, 1986) recibe a ABCteléfono en mano. Hace apenas unas semanas que ha sido padre por primera vez y todo gira en torno a la recién llegada a la familia. «Es guerrera», asegura feliz. Para él ha sido una temporada perfecta en el Real Madrid, que quiere redondear con la selección, donde por primera vez ejercerá como base principal por las ausencias de Calderón y Ricky Rubio.
—¿Cuántas veces ha pensado en los últimos meses en la eliminación ante Francia del pasado Mundial?
—Claro que se piensa en ello, sobre todo al principio, pero luego lo aparcas. Las semanas siguientes fueron muy duras por esa derrota y por los problemas físicos que arrastraba del Mundial y que me impidieron comenzar bien la temporada con el Real Madrid. Lo bueno o lo malo, es que en nuestra vida todo va muy rápido y enseguida tienes que pensar en lo que viene. Lo pasado, pasado está, aunque cuando llegué a la concentración hace unas semanas ese recuerdo volvió a aparecer de manera inevitable.
—¿Quedan cicatrices?
—Sí, pero al final tienes que intentar quedarte con lo bueno. Las derrotas ayudan a aprender, pero no puedes estar siempre pensando en ellas. Si lo hicieras, no podrías levantarte para lograr nuevos éxitos. Si en el Madrid hubiéramos pensado mucho en las derrotas de la Euroliga de 2013 y 2014, seguro que no habríamos levantado el título este año. Con la selección tiene que pasar igual. Aquí hemos tenido años buenos y otros no tanto. Pero hay que pasar página, no se puede ganar siempre.
—¿Qué heridas no se borran?
—Heridas hay muchas y todas ayudan. La final de España del Europeo en 2007, el partido contra Francia el año pasado, perder las semifinales en Belgrado, la derrota de Eslovenia contra Francia en la prórroga... pero ya le digo que hay que buscar la parte positiva, que siempre la hay. Y en este caso, utilizarla como motivación para buscar el oro.
—¿El cambio de ciclo del baloncesto nacional se nota también en el vestuario de la selección?
—Somos cuatro jugadores del Real Madrid. Seis si contamos a Niko (Mirotic) y Hernangómez. Casi la mitad, así que claro que se nota. La derrota en 2014 en la Euroliga y la ACB quizá influyó en la confianza de los jugadores, de cómo afrontamos el Mundial y es muy diferente a cómo lo hacemos ahora. Tenemos ganas de empezar e intentar que el resto del equipo se contagie de esos éxitos que ha tenido el Madrid este año.
—¿España se tiene que parecer entonces al Real Madrid?
—No tiene porque ser así. La selección tiene una referencia principal que es Pau Gasol y tenemos que sacar ventaja de eso. Es el mejor jugador del torneo y hay que aprovecharlo. El resto, tenemos que defender muy duro, rebotear y salir rápido al contragolpe, que es un poco a lo que estamos acostumbrados a hacer en Madrid.
«Quiero estar en los Juegos, lo que vives allí es diferente a cualquier otro torneo»
—Aunque somos jóvenes, tenemos en nuestra espalda también muchas derrotas para saber lo mucho que cuesta conseguir la temporada perfecta que hemos logrado con el Real Madrid este año. Hay mucho trabajo detrás para hacer ese sueño realidad. Sabemos que si te relajas, te van a ganar. Así que por ahí es más fácil tener los pies en el suelo. Lo importante es vivir el momento y no olvidarse de trabajar cada día. Durante la gira hemos entrenado muy bien y eso nos da confianza para el Europeo.
—¿Ha cambiado la selección con Scariolo?
—Partimos de la base de que es un entorno diferente. No es un Mundial en España, sino un Europeo y, además, con una plaza olímpica en juego. A eso hay que unir que tenemos bajas importantes de jugadores que eran una referencia en el vestuario. Así que cambia, pero un poco por todo. Por el entrenador y por las circunstancias.
—¿Y ser padre, le ha cambiado?
—Por supuesto. Ahora mismo, ya no eres la prioridad. Tienes claro quién es la que necesita toda la atención. Trato de ayudar en lo que puedo a mi mujer y de aprovechar al máximo los pocos momentos que voy a pasar junto a ellas en estos meses. Las nuevas tecnologías hacen la distancia más llevadera.
—¿Qué es más duro, una final ACB o los primeros meses como padre?
—(Se ríe). Las dos cosas son muy duras, pero son muy bonitas. Al ser el primer hijo, tenía muchas ganas, y lo estoy disfrutando mucho.
—¿Se sigue divirtiendo en la pista?
—Siempre trato de divertirme y hacer las cosas bien. El día que no lo haga, lo dejaré. En los últimos tiempos, he intentado disfrutar con las cosas que menos me gustan y así ha llegado mi crecimiento. Eso me ha ayudado a sentirme más cómodo en una cancha y a ser un jugador más completo.
«Si lo hacemos bien, será difícil que nos paren en este Europeo»
—Nunca se sabe. Hay veces que piensas que no estás tan bien y las metes todas y al revés. Lo importante es construir y poner la base para una buena temporada y, sobre todo, hacer hincapié en las cosas que peor haces para ser más completo cada año.
—Con las bajas de Calderón y Ricky parece que será titular. ¿Le cambia en algo no salir desde el banquillo?
—Es verdad que en el Madrid salgo más veces desde el banquillo pero no es algo que influya en mi juego. Yo siempre me encuentro cómodo si estoy en la cancha. No es algo que sea importante. Lo que sí lo es, es tener el mayor tiempo en la cancha el mejor quinteto posible. Lo único que quiero es jugar, como el resto de mis compañeros.
—¿Para España es una reválida este torneo tras el fiasco del Mundial?
—En Eslovenia también se veía así por las bajas y al final el equipo lo hizo bien. Si no hubiéramos tenido ese ratito malo ante Francia habríamos sido campeones. Hay que ir poco a poco, mirar solo hacia dentro y pensar en nosotros. Si lo hacemos bien, será difícil pararnos.
—En Berlín tendrán curvas desde el principio, con rivales muy difíciles.
—Será difícil, sí. Cambia el formato y no hay segundo grupo, pero lo prefiero. Tenemos unos rivales muy potentes en la primera fase, pero eso hace que todo sea más atractivo para el espectador desde el principio. El torneo será más rápido y eso también se agradece. Estos campeonatos tienen que ser así desde el primer día. Cualquier partido puede ser decisivo, así que no nos podemos despistar.
—¿Qué rival le preocupa más?
—Todos hablan de Francia, pero hay muchos más. Serbia, subcampeona del mundo; Italia, que viene con todos sus jugadores NBA; Alemania, que juega en casa y viene con Nowitzki muy motivado... Hay diez equipos que podrían ser campeones. Es un torneo abierto.
—Con los Juegos en el horizonte...
—Sí, ese es el principal objetivo y no podemos ocultarlo. No será sencillo, porque hay que ser finalista para lograr una plaza directa para Río 2016, pero estamos capacitados para ello. Lo importante es ir partido a partido y no pensar más allá. Si nos encontramos cómodos en la pista, los Juegos estarán más cerca. Todos queremos ir a Río, porque lo que vives allí, es diferente a cualquier otro torneo.