El difícil equilibrio del gris y la mutación de Yolanda Díaz, de Barbie a Señorita Rottenmeier

Por si no tenía suficiente con lo visto en el ocaso del fin de semana, en la búsqueda de imágenes para las 'Puntadas con hilo' de esta semana me encuentro con Francina Armengol vestida de gris. Reconozco que mi primer pensamiento fue alegre, porque ya no enseña la chicha del brazo como hacía antaño y porque el modelo es discreto y podríamos calificarlo de estilo minimal (dícese de las prendas u objetos de diseño o corte sencillo). Pero pronto llegó el bajón por el color.

Marga Prohens, presidenta de Baleares, viene a unirse a la fiesta deprimente con un vestido de punto y cuello alto que es ni fu ni fa y que pica con solo verlo en foto. Imagino que no está para pensar qué se pone cada mañana con la que tiene montada en las islas, pero ella suele vestir más alegre, aunque sea muy fan de los colores neutros.

Para neutralidad cromática, Yolanda Díaz, reconvertida en Señorita Rottenmeier. Atrás dejó su imagen de Barbie, fue antes del otoño, en su visita al fugado Puigdemont cuando transformó su armario en una suerte de looks herméticos, ortopédicos, que se ven al ojo como empalados. ¿Recuerdan aquella prenda de abrigo que parecía una camisa de fuerza? ¿La blusa de la gran lazada? ¿Los botines con tacón y cordones? Sus prendas han mutado, parecen menos flexibles, como si tuvieran varillas de metal en vez de costuras de hilo adaptables al cuerpo. El vestido, que es más tobillero que 'midi' (largura a mitad de pierna), de color mantequilla y cuello alto no ayuda a desarmar lo dicho, más bien refuerza mi teoría por mucha transparencia que gaste.

En cuestión de colores no soy de término medio, ni me van en exceso los neutros, el blanco y el negro son mi Norte y mi Sur, pero para hallar respuestas que levanten el ánimo, he consultado la web tagwalk.com y he descubierto que para la temporada de primavera-verano 2024 hay 1.182 resultados de grises.

He estudiado con detenimiento muchos de estos looks y he llegado a la conclusión de que el gris no me da pereza, que sí me gusta, incluso mientras escribo esta columna llevo un jersey de cachemir del citado color. La clave está cómo combinarlo, qué material utilizar y ver qué formas funcionan con este tono.

Para quien no esté convencido de las bondades del gris hay que destacar que en moda es sinónimo de elegancia, sosiego y equilibrio (entre el negro y blanco). La combinación perfecta de los colores opuestos la encontramos en el tweed y si es de Chanel, mucho mejor.

Pé ha estado en España presentando una película en la que interpreta a la mujer de Enzo Ferrari (Adam Driver, el nuevo malo de Star Wars). El atuendo escogido con mimo para visitar su tierra ha sido un vestido con el mejor entramado claroscuro de la historia de la moda. Su impecable modelo de Chanel lo ha coronado con una gorra rosa pastel, un tono en tendencia, con permiso de los neutros.