Apagón estilístico de Melania y Montero en el funeral de Papa
Puntadas con hilo
La vicepresidenta primera se equivoca en el tejido del vestido y se queda un palmo corta del largo recomendado, mientras que doña Letizia y Felipe VI visten impecables, aunque su majestad pierde la oportunidad de lucir la mantilla con teja, que es marca España
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Sabían el 'dress code' y si no, lo mejor es preguntar a los expertos, pero que a un funeral hay que ir de oscuro es conocido por todo el mundo, por eso Montero debió pensar que con su modelito de encaje con ... lazada de cuento y sus zapatitos iba la mar de mona a la ceremonia religiosa de despedida del Sumo Pontífice. El color no basta, hay que prestar atención al tono solemne y de perfil bajo que exigen las honras fúnebres. Por eso Montero va demasiado corta, desmelenada, pizpireta y altiva. Yolanda tiene otra actitud: el pelo está recogido y el largo, por lo menos, sobrepasa la rodilla.
«Al funeral del Papa hay que ir con vestido de día y no de cóctel», me cuenta Margarita Aguiló Buades, directora general de protocolo del Ayuntamiento de Palma y experta en protocolo religioso, diplomático y oficial del Estado. Montero entonces se pasa de festiva porque viste un modelo con demasiados encajes y brocados.
En cambio, figuran como bien vestidas y con la actitud adecuada dos reinas, Doña Letizia y Mary de Dinamarca, y una princesa, Mette Marit de Noruega. Las tres con largo midi de verdad, de ese que llega a la espinilla, zapatos de salón con tacón mini, velo negro de encaje, medias oscuras y poco o nada enjoyadas. Margarita Aguiló alaba a la Reina española, pero comenta que «es una pena que no haya aprovechado la ocasión para lucir la mantilla con teja, un elemento que la hubiera diferenciado del resto y que es marca España».
Tomando como referencia a estas tres damas sobresalientes, llego a la conclusión de que Yolanda Díaz pasea un aprobadillo por andar con demasiado tacón y cumple justita con el largo adecuado. Melania se salva de la repesca gracias al velo en la cabeza, aunque con un cinco raspado, porque la mantilla la lleva mal colocada y parece el flequillo de su marido, pero teñido en color azabache. Margarita Aguiló la disculpa: «el velo es recomendado especialmente para mujeres católicas, así que es una deferencia por su parte y una muestra de respeto que lo luzca». Sin embargo, la primera dama estadounidense suspende por la excesiva altura del zapato y por lucir las piernas al aire.
En el funeral del Papa ya he comentado que ellas tienen que vestir falda midi, así que Ursula von der Leyen patina por muy empoderada que se quiera mostrar, podría haber hecho un esfuerzo, al igual que Meloni.
Ellos, sin embargo, son los que tienen que vestir pantalón y chaqueta oscura, no hace falta ir de negro, pero ojo con la corbata, que sí que tiene que ser de luto. Por eso hay que criticar a Trump, por el accesorio, pero le vale que el traje sea azul marino. El rey Felipe VI está magnífico, porque no es fácil: se corre el riesgo de parecer un Reservoir Dog o un figurante en una sesión de moda disparada por Hedi Slimane.
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