Los zapatos portugueses que encandilan a las famosas

Desde que se alcanzó el momento álgido en su proyección mundial con la boda real británica entre el Príncipe Guillermo y Kate Middleton, su prestigio fuera de Portugal no ha dejado de crecer, mucho más que dentro de las fronteras del país vecino. De hecho, la firma se encuentra inmersa en un proceso de reestructuración.

Marcas tan conocidas como Jean-Paul Gaultier o Jimmy Choo suelen recurrir a las subcontrataciones de sus servicios, con el fin de que se encarguen de su suministro para decenas de clientes. Helsar factura únicamente calzado de lujo para señora, incluida una de sus grandes apuestas: los zapatos de novia, que fabrican personalizados. Lo hacen con la calidad artesanal característica del norte de Portugal y a unos precios bastante asequibles.

Su responsable de marketing, Patricia Correia, no ha dejado de plantearse metas como la entrada en el mercado árabe, pues en muchos de esos países emergen clases medias altas en constante progresión. Tal vez así pueda frenarse el parón que se está generando en Estados Unidos a causa de la nueva política arancelaria impulsada por el presidente Donald Trump .

«Es un desafío enorme. Todos me dicen que los árabes hacen negocios únicamente con hombres, pero a nosotros nos gustaría entrar a competir en esos mercados», señaló Correia recientemente, mientras reconocía que también reciben pedidos de Schumacher , Emmy Shoes, Diamond Heels o The Office of Angela Scott.

Creada en 1979, la empresa debe su nombre a la unión de Hélder y Sara, pues se trataba de rendir tributo a los hijos de los fundadores del negocio. Desde entonces han hecho de la originalidad y la sofisticación una de sus señas de identidad, sin olvidar sus raíces familiares.

Los tacones altos y la elegancia se han convertido igualmente en sellos arquetípicos de estos zapatos que hacen a las estrellas sentirse cómodas y deslumbrantes cuando caminan. En los últimos años, Helsar dio el salto para servir a una mujer contemporánea gracias a la proliferación de zapatillas deportivas . Eso sí, con el marchamo inconfundible que los distingue.

No es en absoluto el único representante de este sector ubicado en las inmediaciones de Oporto. Por poner solo un ejemplo, Cristiano Ronaldo fabrica en Guimaraes (a 55 kilómetros de la segunda ciudad más importante de Portugal) las unidades que comercializa bajo su etiqueta.