La capa, tendencia en la Alta Costura parisina

Si los romanos de alcurnia la llevaban recogida en pliegues, en el Medievo los soldados y pastores adoptaron una sencilla tela agarrada al cuello para protegerse del frío, cruzada en el pecho, mientras que las nobles y princesas preferían terciopelo y armiño en la espalda, si era posible en colores destacados, que indicaban el esfuerzo pecuniario realizado para teñirlas , algo harto difícil en el pasado pues se contaba únicamente con algunos recursos naturales de gran valor. Los monjes, en cambio, las usaban con capucha y elaboradas en materiales toscos como la sarga, por su sencillez y capacidad de abrigo.

Y fue la Reina Isabel I de Inglaterra la primera en popularizar la capa de seda, terciopelo o satén como objeto de moda , si bien hasta la era victoriana, en el siglo XIX, no se convirtió en parte habitual del atuendo femenino.

Desde entonces, la capa reinó en los atuendos principescos , fue utilizada con profusión por la emperatriz Josefina de los franceses, por Sissi emperatriz de Austria y Hungría y por las damas de la alta sociedad británica para acudir a las carreras de Ascot a principios del siglo XX. A partir de los años 20 perdieron vigencia, si no es por una breve aparición en los años 50. Si embargo un siglo después, la capa ha hecho acto de aparición en las pasarelas de la Alta Costura parisina.

Ya en 2018 varios desfiles de prêt-à-porter, como el de Burberry o Jill Sander, mostraron un gran elenco de capas, pero eran más bien de corte rústico, como mantas de lana adaptadas al cuerpo. Pero ha sido esta semana pasada, durante los desfiles a puerta cerrada de la Alta Costura de París cuando la capa ha vuelto a una gran parte de las colecciones, en cada una de un modo distinto. Los preciosos modelos del desfile de Dior , bizantinos, bohemios, en ricos tejidos y cuajados de bordados con profusión de flores y hojas, estaban rematados con flecos y podían asemejarse a viejos cortinones principescos. Espectaculares.

Por otra parte, Valentino , siempre con un punto barroco, fue especialmente gráfico y vanguardista, presentando una serie de capas elaboradas con piezas geométricas, en tonos blancos y flúor, de corte evasé y cierres atípicos, que parecían inspiradas en los modelos de Cardin o Rabanne de los años 60.

Armani Privé escogió las capas en tejidos transparentes sobre vestidos de gran caída y, aunque fueron muchas otras casas de modas las que presentaron variadas alternativas, como Stephane Rolland o Valli , sorprendieron las de corte vaporoso de Fendi . En tejidos setenteros con dibujos emulando los papeles tintados florentinos, la casa romana, que en esta ocasión presentó su primera colección a manos de Kim Jones, presentó sus capas sobre los hombros de musas como Naomi Campbell o Kate Moss. La capa es práctica y está de moda, para la noche y el día, el invierno o el verano.