Las grandes estrellas prefieren Italia
Después de George Clooney y Brangelina, Matt Damon también quiere una casa en Italia. Julia Roberts, no, pero dice que estar con Javier Bardem en Bali fue como estar con un cachorro
El turismo es un gran invento. Otra película, «Bienvenido Mr. Marshall». Otra más, «Bajo el sol de la Toscana». Y una más, «Eat, Pray, Love». El advenimiento de las dos Obama a Marbella, de momento, tiene mucho de la obra maestra de Berlanga. Sólo falta ... que la alcaldesa salga al balcón de la casa consistorial como Manolo Morán y diga lo de «cómo alcaldesa vuestra que soy os debo una explicación». Sin duda, que la Primera Dama vaya a cualquier sitio es un gancho para el turismo y para el efecto imitación. Pero también lo es una cosa tan sencilla como «Bajo el sol de la Toscana», una deliciosa película para chicas. Y seguro que lo será «Eat, Pray, Love», que se estrena en Estados Unidos el 13 de agosto (y un mes después en todos sitios), aunque ésta no va a llevar gente sólo a Italia, sino también a Nueva York, la India o Bali, donde Julia Roberts, la protagonista, rodó con Javier Bardem, del que ha alabado su energía contagiosa: «Estar con él fue como tener un cachorro».
Italia, por el cine y por más cosas, nos lleva ventaja, al menos en cuanto a celebridades con ansias inmobiliarias, algo que también resulta contagioso. Muertas Deborah Kerr y Ava Gardner, y ya se habían ido vivas, nos quedan (por unos días al año) Michael Douglas y Catherine Zeta Jones y, por supuesto, Antonio Banderas y Melanie Griffith. Es que, encima, llevamos a Sean Connery a los juzgados. Pero las estrellas de Hollywood se compran casas en Italia, no en España. Ya sabíamos que George Clooney tiene su casoplón, Villa Oleandra, junto al lago Como. También que Brad Pitt y Angelina Jolie se han hecho con una propiedad en las colinas de Valpolicella, en Verona. Y ahora, según «Entertainment Weekly», Matt Damon está interesado en comprar una villa cerca de la de Clooney. La garganta profunda es el agente inmobiliario que hizo el trato de Brangelina. Y asegura que Julia Roberts también está interesada. ¿Pero esto qué es? ¿Se ha puesto de acuerdo la pandilla de «Ocean's Eleven»?
Bueno, Julia Roberts ha dicho que, de momento, no piensa comprarse nada, lo que no mengua su amor por Italia, donde engordó cuatro kilos y medio rodando «Eat, Pray, Love». Por lo que ha contado a «Entertainment Weekly», más que nada, se dedicaba a «eat». Que la tía se zampaba de ocho a diez trozos de pizza diarios. Si había una escena con pizza, cuando terminaba de rodarla, se la terminaba. Dice que en Nápoles empezaron a rodar a las ocho de la mañana y a las nueve menos cuarto se había comido ocho o diez trozos de pizza. No es que estuviera imitando a Robert de Niro en «Toro Salvaje» (o a James Gandolfini, que se puso así de todo lo que se tragaba en 'Los Soprano). Lo de comer de verdad lo había hablado con Ryan Murphy, el director de la película, porque el personaje de la novela de Elisabeth Gilbert engorda en Italia. Cinéma vérité. Pues da igual si en Italia se engorda, las estrellas se compran allí las casas. Al menos Michelle Obama viene aquí (me pregunto si han visitado muchos más estadounidenses a Granada después de Clinton). Sólo falta que hagan películas donde España parezca tan atractiva como Italia
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