George Clooney, una estrella en los juzgados
El actor acudió como testigo al juicio que estudia si su nombre fue usado para una línea de moda sin su consentimiento
afp/efe
El actor estadounidense George Clooney ha comparecido este viernes ante el Tribunal de Milán, con motivo del juicio que se sigue contra tres personas por usurpar el nombre del intérprete para una firma de moda. La presencia del actor, que acude como testigo, ha propiciado ... una afluencia récord de fotógrafos, periodistas y curiosos ante la institución.
La estrella, sin embargo, no ha perdido el sentido del humor en ningún momento. Acompañado por su letrada y varios guardaespaldas y policías, ha utilizado una entrada secundaria en lugar de la puerta principal, pese a lo que ha tenido que 'luchar' por acceder al tribunal, donde, según informa el canal de televisión Sky News, numerosos empleados han abandonado sus puestos de trabajo y copaban los pasillos.
Clooney, con traje azul oscuro, camisa blanca y corbata oscura con lunares, consiguió deslizarse entre la multitud mientras pedía a los curiosos, en inglés: "No aplasten a mis abogados", antes de entrar en la sala de audiencia.
Ya dentro del edificio, el juez de la décima sección penal del Tribunal de Milán Pietro Caccialanza invitó a los fotógrafos y a los cámaras de televisión a abandonar la sala, dado que, según dijo en declaraciones que recogen los medios italianos, no es un juicio "de relevancia social".
Proceso por estafa, falsificación y receptación
Desde hace varios días el Tribunal de Milán se preparaba para la recepción del actor en el proceso, que cuenta con tres imputados a los que se les acusa, entre otros delitos, de estafa, falsificación y receptación, por la creación de una marca con el nombre de Clooney para la que aseguran tener autorización de la propia estrella.
Durante su testimonio, que duró algo menos de dos horas, Clooney aseguró no haber firmado ninguno de los documentos que se intervinieron a los imputados, en los que aparece supuestamente su rúbrica, y en los que hipotéticamente daba el consentimiento para crear la marca con su nombre.
"Nunca he sabido nada de esto", comentó el actor ante el tribunal, para después, sonriendo y provocando las risas de los asistentes, negar también que tenga una tarjeta de crédito del banco italiano Intesa Sanpaolo y que haya encargado a Vanja Goffi, una de las acusadas, que pagara los gastos del registro de la marca.
Interrogado por su propia abogada, Grazia María Mantelli, sobre cuáles son las marcas italianas para las que ha prestado su imagen, Clooney citó a la destilería Martini, algo que reconoció que pudiera suscitar risas: "Ok, podéis reír", dijo la estrella a los presentes.
El actor estadounidense, actual pareja de la presentadora de televisión italiana Elisabetta Canalis y propietario de una villa en el entorno del Lago de Como, próximo a Milán, explicó que su presencia en el juicio, en el que se ha constituido como parte civil, se debe a su confianza en el sistema judicial.
"He venido porque creo en el sistema de la ley y porque la gente está usando mi nombre para sacar beneficio no a mi costa, sino a costa de otras personas", comentó Clooney, quien afirmó que el sistema judicial italiano es "muy bueno".
La estrella calificó de "falsas" todas las fotografías que se le presentaron durante la vista, utilizadas para promocionar la marca en cuestión y en las que él aparecía fumando y luciendo prendas que, dijo, nunca ha llevado puestas.
Un interrogatorio fuera de lugar
Tal fue el espectáculo creado en la sala 4 del Tribunal de Milán, aseguran los medios italianos, que Clooney, quien irónicamente se dirigió a los acusados con la frase: "Habéis hecho un buen trabajo", tuvo que escuchar preguntas que nada tenían que ver con el juicio, formuladas por la defensa de los imputados.
Entre esas preguntas figuran: "¿No ha mantenido usted nunca una relación con una señora de nombre Mara?", "¿A usted le gusta montar en Harley Davidson?" o "¿Es verdad que quiere presentarse al cargo de presidente de Estados Unidos?".
Tal batería de preguntas y comentarios obligaron al juez Caccialanza, quien al final agradeció a los presentes el silencio respetado durante la vista, a quitarle la palabra en alguna ocasión a uno de los abogados de los imputados.
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