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¡Viva tú!

Muchos años antes de que Eva Longoria se beneficiara al joven jardinero en «Mujeres desesperadas» ya había dado cuenta del suyo Jane Wyman (Rock Hudson). Al menos su Cary Scott de «Sólo el cielo lo

Muchos años antes de que Eva Longoria se beneficiara al joven jardinero en «Mujeres desesperadas» ya había dado cuenta del suyo Jane Wyman (Rock Hudson). Al menos su Cary Scott de «Sólo el cielo lo sabe», peliculón de continuos pases televisivos que acaba de salir felizmente en DVD (Douglas Sirk está muy descuidado en este mercado). Entre una y otra, también Julianne Moore se fijaría en su jardinero, al menos su Cathy de «Lejos del cielo» (se fijaría en Dennis Haysbert, que, encima, era negro). Un patrón que se repite, la patrona y el que le cuida las flores, lo que viene a demostrar la máxima de Salvador Dalí: los que no quieren imitar nada no producen nada. Siendo «Lejos del cielo» tan extraordinaria, lo es más por ser como «Sólo el cielo lo sabe», que es una joya. Un melodrama redondo que retoma al trío protagonista de «Obsesión» (también al director y al productor): Jane Wyman, Rock Hudson y Agnes Moorehead. Ya saben, si funciona no lo cambies. A Hudson le iban los tríos. Memorables, los que tuvo con Doris Day y Tony Randall, aunque en «Pijama para dos», «Confidencias a medianoche» y «No me mandes flores» nada tenga que ver el gran Douglas Sirk.

«Lejos del cielo» es como el grupo Pink Martini (disco nuevo, bien). Ambos encarnan un tipo de cine y un tipo de música hechos ahora y que son el imaginario visual y sonoro de un tiempo pasado que si no fue mejor fue anterior. Y, en cualquier caso, mucho más bonito. Quizá porque está recreado con buen gusto, sea el buen gusto lo que sea. «Hey Eugene» es el título del nuevo trabajo de la banda/orquesta estadounidense. También es una composición de China Forbes, su fantástica vocalista y hermosa voz. No siempre van a tirar de «standars», aunque cuando lo hacen superan a cualquier clásico. Ahí está «El negro zumbón», la canción que Silvana Mangano (bueno, Flo Sandon´s) nos regala en «Anna». «El negro zumbón» (¿se podrá decir eso ahora?) lo canta China Forbes mucho mejor que Flo Sandon´s y yo diría, si no fuera algo parecido al pecado, que incluso mejor que Amalia Rodrígues. Los de Pink Martini siguen cantando en varios idiomas. En «Hey Eugene» lo hacen en inglés, portugués, español, japonés, francés o árabe. La suya es toda la multiculturalidad que soy capaz de soportar (otra cosa es el mestizaje, a ver si nos entendemos). En cuanto a Silvana Mangano, vale que no canta «El negro zumbón» (como tampoco canta Audrey Hepburn en «My Fair Lady», que lo hace Marni Nixon) pero sí es la italiana quien baila el baión, o como demonios se escriba, con esos pantalones por debajo de la rodilla y la escueta blusa de escote sujeto al cuello y espalda al aire. Para ver más muslo hay que ir a «Arroz amargo», donde demuestra que es la mujer que mejor ha llevado el «mini-short». Y es la Mangano la que obsesiona a Nani Moretti en «Caro diario». Ya entonces se tuvo que poner a la cola. En la novela pase, pero en la película (en «Muerte en Venecia» quiero decir) no termino de creerme la fijación por el niñato rubio estando Silvana Mangano, le gusten a uno los hombres, las mujeres, los niños, los perros, las cabras o los melones. La Mangano no era una mujer, era una diosa.

Todo lo contrario que Jane Wyman porque es difícil ser más fea y menos atractiva (y ese flequillo, señor). Y es difícil estar más alejada del gafapastismo cinematográfico. Pero, oye, que si últimamente se está reivindicando a su ex marido, Ronald Reagan (aunque el rojerío no lo entienda), no veo por qué no reivindicarla a ella, que, además, es un referente laboral para la mujer madura y mucho más para la mayor tirando a vieja. Si olvidamos «Belinda» (lo cual no me cuesta ningún trabajo, para qué vamos a engañarnos), sus grandes éxitos llegaron cuando ya había cumplido los cuarenta («Obsesión» y «Sólo el cielo lo sabe») y cuando estaba a punto de los setenta («Falcon Crest»). Fue la tremenda, divertida y malosa Angela Channing entre los 67 y los 76 años. De 1981 a 1990. O sea, que estuvo al frente de Falcon Crest un año más que su ex al frente de la Casa Blanca. Angela Channing es todo lo que una chica querría ser de mayor (mayordomo chino incluido). Sólo me queda gritar ¡Viva tú!, que es lo que la enorme Rocío Jurado le dijo una vez a la cara a Chavela Vargas. n

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