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Víctimas y verdugos en el tsunami del #MeToo

Los efectos del caso Weinstein siguen imparables dos años después de su estallido

Harvey Weinstein AFP
Isabel Gutiérrez Rico

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El 5 de octubre de 2017 estalló una de las bombas informativas más potentes del todavía joven siglo XXI: el diario «The New York Times» destapó un escándalo de dimensiones mayúsculas al recoger y documentar décadas de agresiones sexuales a varias mujeres, entre las que ... se encontraba la actriz Ashley Judd , por parte del todopoderoso productor Harvey Weinstein -fundador, junto a su hermano Bob, de las productoras de cine independiente Miramax y The Weinstein Company-. Además, el diario neoyorquino certificó cómo durante décadas Weinstein había silenciado aquellas agresiones cerrando acuerdos extrajudiciales con las supuestas víctimas. Una de ellas, Rose McGowan , uno de los bastiones más polémicos y activos del movimiento #MeToo, habría recibido 100.000 dólares a cambio de mantener la boca cerrada en 1997. En el reportaje de «The New York Times», McGowan aseguró que Weinstein la violó.

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