La Princesa Charlene, una novia clásica y sobria
Giorgio Armani es el responsable del vestido con el que la nueva Princesa de Mónaco ha dado el «sí quiero» a Alberto II
La Princesa Charlene, una novia clásica y sobria
A las cinco en punto de la tarde, Charlene Wittsock llegaba al Palacio de Grimaldi del brazo de su padre, Michael Kenneth Wittstock, para convertirse en la nueva Princesa de Mónaco . En ese momento el mundo entero podía ver por fin ... el vestido de novia que el italiano Giorgio Armani ha creado para ella.
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Elaborado en blanco, de corte sirena y escote barco asimétrico, el diseño ha necesitado más de 2.500 horas de trabajo y está adornado con 40.000 cristales Swarovski y con 30.000 perlas doradas . La sudafricana, de 33 años, 20 menos que el
príncipe, no lleva tiara ni corona, pero sí velo elaborado en tul de seda (ha valido 100 horas de trabajo para los bordados) y una larga cola de 20 metros. La única joya que llevaba Charlene era un fabuloso broche de brillantes en el moño.
El ramo de novia está concebido también por Armani y realizado por el Garden Club de Mónaco con orquídeas y con proteas rosas, la flor nacional de su país.
Ante la atenta mirada de los cerca de 3.500 monegascos congregados en la Plaza del Palacio, y de los otros 800 invitados testigos directos de la celebración, Charlene se ha convertido en Princesa. Y lo ha hecho con sobriedad, con gestos contenidos y la mirada baja, y también con su vestido, de líneas muy simples y con un toque sobrio, muy en su estilo personal, marcando la diferencia con su antecesora, la Princesa Gracia.
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