Tamara Falcó o cómo recuperar la ilusión en su año más triste

Desde el pasado mes de marzo Tamara ha vivido unos meses especialmente difíciles. En pleno confinamiento perdió a su padre, Carlos Falcó ; después a su cuñado, Jaime Carvajal , y hace solo un mes a su tío, Fernando Falcó . Tamara ha estado muy triste, pero su fe le ha ayudado a sobrellevar cada uno de estos mazazos. Consciente de que Dios siempre tiene un plan , su mayor desafío estos meses ha sido «seguir caminando pese a todo» , tal y como declaró a «¡Hola!» esta semana.

En su empeño por seguir adelante, el destino le ha dado una tregua para recuperar la ilusión . Más allá del trabajo mental, físico y espiritual que ha hecho para no encerrarse en casa a llorar, desde que terminó el confinamiento la hija de Isabel Preysler ha encontrado en su amigo Íñigo Onieva -un diseñador de coches de 31 años- una compañía incondicional que le ha hecho evadirse y amainar el dolor .

«Está superfeliz y muy ilusionada. Tiene un brillo en los ojos que hacía años que no tenía, más todavía con todo lo que ha tenido que afrontar este año», cuenta una amiga de Tamara a este periódico. Aún así, reconoce que su entorno se ha quedado muy sorprendido al ver cómo ha prosperado la relación desde finales verano. Al parecer, Íñigo llevaba tiempo detrás de Tamara , pero ella no se atrevía a dar el paso definitivo. Al consultar a otras personas de su entorno, todos se muestran muy cautelosos y evitan hacer comentarios sobre un romance que ha causado sensación, pero sí reconocen que Tamara está más feliz que nunca -prueba de ello son las apasionadas fotos de ambos esta semana en un restaurante- y «eso es lo más importante».

Acostumbrados a viajar con asiduidad y a tener agendas repletas de planes y suculentas fiestas, quizá el hecho de coincidir en Madrid y de casi no poder salir de la capital desde septiembre ha propiciado que Tamara e Íñigo hayan pasado más tiempo juntos , algo definitivo para que la relación haya prosperado. Solo el tiempo (y el final de la pandemia) dirán si la relación se consolida. Mientras tanto, desde el pasado martes se les ha visto todas las noches juntos en restaurantes donde, sí o sí, uno de los dos se ha tenido que saltar alguna restricción sanitaria, pues él vive en La Moraleja, en casa de su madre, y esta zona de Madrid sigue confinada.

Iñigo Onieva ha sido hasta ahora un joven desconocido en el papel cuché, pero no en la vida social capitalina. Antes de la pandemia no era difícil encontrarle en Arts, Panda Club y en las fiestas Black Heart de electrónica. Quienes le conocen aseguran que tiene un carácter muy fácil , que es muy divertido y «una persona muy disfrutona».

Centrar a Íñigo no es difícil si se recurre a su hermana, la actriz Alejandra Onieva , conocida por sus interpretaciones en series como «El secreto de Puente Viejo» o «Presunto culpable». La joven de 28 años mantuvo una relación durante dos años con el empresario Fernando Nicolás , socio fundador del grupo de restauración Larrumba.

Como ahora su hermano, Alejandra protagonizó algún titular este verano, cuando se la relacionó sentimentalmente con el actor Sebastian Stan , conocido por interpretar al superhéroe Bucky Barnes en las películas de Capitán América. Hace un par de semanas disfrutaron de una escapada a México.

Alejandra e Íñigo son una piña. Ella continúa al otro lado del Atlántico, pero cuando regrese a Madrid seguramente sea la gran prueba de fuego que deba superar Tamara Falcó.