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PRIMER ANIVERSARIO

Un año sin Cayetana Fitz-James Stuart, 14 veces Grande de España

La mujer con más títulos nobiliarios del mundo murió el 20 de noviembre de 2014, rodeada por sus los suyos, tras haber cumplido su lema: «Vive y deja vivir»

La duquesa de Alba en su casa de Sevilla, en junio de 2012 Archico ABC

Alberto García Reyes

Donde madura el limonero a cuyos pies nació Antonio Machado, hijo de Demófilo, el administrador de la Casa de las Dueñas de Sevilla, se detuvo hace un año el viento de la Historia de España para que se oyera, con la solemnidad del silencio de ... la Maestranza en la que de niña se enamoró de Pepe Luis Vázquez, el último suspiro de Cayetana Fitz-James Stuart Silva , XVIII duquesa de Alba de Tormes, cinco veces duquesa, dieciocho veces marquesa, veinte condesa, vizcondesa, condesa-duquesa, condestablesa y catorce veces Grande de España. Cayetana , tan libérrima siempre que llegó a decir que a ella los títulos le traían sin cuidado, sucumbió ante el único huésped indomable que jamás ha visitado ninguno de sus palacios. La muerte. Pero le plantó cara para alargar su albedrío hasta convertir su vida en una extensa historia de novela. Por eso se aferró a una frase de Neruda, a pesar de que no fue bien tratada por él, para resumirse: «Confieso que he vivido». Casada tres veces, dos veces viuda, madre de seis hijos y víctima de cinco abortos, abuela de nueve nietos, huérfana, viajera, hippy, disciplinada, bailaora, taurina, pintora, nacida en Madrid pero sevillana «hasta la médula», testigo de una Guerra Civil y una Mundial, cortejada por príncipes, sultanes, actores de Hollywood, bailarines y toreros, la duquesa de Alba se ha ido cumpliendo su lema, «vive y deja vivir», y habiendo ampliado el inmenso patrimonio de su Casa, una de las más opulentas del mundo, sin ensoberbecimientos ni falsas vanidades. Su vida ha estado determinada por la cuna en que dio su primer llanto y también por la búsqueda permanente de la libertad entre los resquicios de sus infinitas ataduras sociales y nobiliarias.

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