Rafael Amargo en los calabozos: «Eres el hijo del diablo, me estás maltratando»

Las palabras las acompañó de golpes y puntapiés a la puerta de la celda. Había pedido ir al baño, se lo permitieron, pero luego no quería salir ni volver a entrar en la celda. Su estado de excitación era incontrolable, según explicaron a ABC fuentes próximas a las personas que se encargaban de vigilarlo.

Cada vez más fuera de sí, los funcionarios tuvieron que avisar a la Guardia Civil que estaba en el edificio, aunque tampoco se calmó ante la presencia de los agentes: «Cuando este hombre habla, os bajáis los pantalones y actuáis como corderos» , les soltó a gritos el bailaor mientras seguía resistiéndose a volver al cubículo. Los guardias tuvieron que reducirlo y obligarlo a la fuerza a entrar puesto que la juez aún no había tomado una decisión sobre el detenido.

«Estaba fuera de sí, insultando y gritando», explicaron quienes presenciaron el rosario de insultos y golpes de Rafael Amargo, tras pasar dos días bajo custodia policial. Una hora y media después salía a la calle tras dejarlo en libertad con medidas cautelares la titular del Juzgado de Instrucción número 17 en funciones de guardia. En la puerta de los juzgados, exultante, aseguró: «En mi casa no había nada, había mucha alegría, es un lugar donde han pasado muchos artistas«.

No pasó por alto su mala experiencia detenido. «He estado dos días tirado en el suelo de un calabozo comido de mierda», dijo y de forma velada aludió al episodio. Según él, los policías se habían «portado muy bien», pero «la gente de los calabozos se ha portado nefastamente».

El coreógrafo y bailaor, su pareja Luciana Bongianino (dijo anoche que se casaron hace un año) , su productor y un amigo íntimo están investigados por un «delito de tráfico de drogas de las que causan grave daño a la salud y otro de pertenencia a organización criminal», según el auto dictado por la juez, ante la que Amargo declaró que él no trafica pero sí admitió que es consumidor de drogas.

En el mismo, al que ha tenido acceso ABC, se recoge: «De los datos obrantes en el atestado, teniendo en cuenta el resultado de las intervenciones telefónicas, los hallazgos obtenidos en la entrada y registro y en el resto de las gestiones e investigaciones policiales, se deduce la existencia de indicios suficientes para considerar la implicación de los investigados».

El fiscal pidió prisión sin fianza para los cuatro, pero la juez de guardia consideró suficiente imponerles la retirada del pasaporte, la prohibición de abandonar España y las comparecencias quincenales en el juzgado, dado su «arraigo personal, familiar, laboral, etcétera ». La juez se inhibió en el magistrado instructor, el titular del Juzgado 48 que decidirá si mantiene la decisión de su compañera o revoca la medida.