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Príncipe Harry: «La herida de mi madre supura cuando veo un flash»

Los Duques de Sussex se retiran de la vida pública durante seis semanas y planean mudarse a África de forma permanente

Los Duques de Sussex, en su viaje oficial a Sudáfrica EFE

IVANNIA SALAZAR

La vieja y repetida historia de aquellos desfasados cuentos donde las mujeres se enamoran de los príncipes, se casan y son felices para siempre no son así en la vida real. Al menos, no para todas las nuevas princesas (o duquesas). Ser una mujer independiente, ... profesional, con una vida hecha y de repente enamorarte de un miembro de la Familia Real puede parecer muy romántico pero a la hora de la verdad, convertirse en una verdadera carga. La vida de palacio no es fácil si no se nace y se vive educado dentro de ella y el constante escrutinio público lo hace aún más complicado. Lo vivió la princesa Diana, que aunque nació en una familia aristocrática siempre estuvo en el blanco de los tabloides británicos, tan criticada como alabada, y ahora lo sufre su nuera, con la que comparte pesares aunque nunca llegaran a conocerse. Tan cansados están Harry y Meghan, Duques de Sussex, que no solo han decidido darse una pausa de seis semanas en sus deberes reales a partir del próximo mes, según informa «The Sunday Times», sino que han expresado su deseo de mudarse de forma permanente a África, un continente al que los dos tienen gran aprecio.

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