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El príncipe Ernesto de Hannover se siente «destronado»

Su primogénito gestiona todo el patrimonio familiar y le ha arrebatado la presidencia de la Fundación Herzog von Cumberland

El príncipe heredero de Ernesto Augusto descubre la corona de Hannover EFE
Ana Mellado

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El misterio y la incertidumbre envuelven la figura del príncipe Ernesto de Hannover , desde que en septiembre de 2014 fuese fotografiado por última vez en el Oktoberfest de Munich junto a un grupo de amigos. Desde entonces, poco o más bien nada ha ... trascendido de él . El duque de Brunswick se ha esforzado durante los últimos años por desaparecer del mundo y recuperar el anonimato al que renunció cuando le dio el «sí, quiero» a Carolina de Mónaco en 1999. Sus realidades no pueden diferir más. Ella proyecta la imagen viva de la felicidad; una mujer madura, cultivada y elegante que acaba de cumplir los 60 y que presume de su rol de abuela. El pasado lunes llegaba al mundo su cuarto nieto, Stefano Casiraghi , el primer hijo de Pierre Casiraghi y Beatrice Borromeo . Mientras la princesa se regocija ante el «baby boom» que arrecia en el palacio de los Grimaldi, su todavía marido rara vez abandona su reclusión en el castillo de Grünau (Austria). A pesar de que llevan vidas separadas desde 2009, nunca llegaron a firmar el divorcio por su hija en común, Alexandra, y sobre todo, porque Carolina se resiste a perder su tratamiento de Alteza Real y título de princesa de Hannover. Esos son los dos únicos lazos que la unen a un hombre, cuyo ocaso es imparable. El príncipe Ernesto se siente «destronado» por su propio hijo.

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