La hija de Sarkozy se llamará Giulia

El presidente francés, que recibió numerosos regalos, confesó sentir una «felicidad privada»

La hija de Sarkozy se llamará Giulia AP

JUAN PEDRO QUIÑONERO

Carla Bruni descansa, con su hija. Nicolas Sarkozy sigue corriendo, sin alterar de ninguna manera su agenda de presidente en campaña, presidente envuelto en el gran chalaneo continental donde se juega el destino del euro y quizá la UE.

La niña, que nació el miércoles ... , se llamará Giulia, según anunció la propia Carla Bruni en su página web. «Estoy muy emocionada por los numerosos mensajes de felicitación que me han llegado desde el nacimiento de nuestra pequeña Giulia», señaló la esposa del presidente francés, Nicolas Sarkozy.

El nacimiento y las primeras horas de la vida de la niña han estado marcadas por la frenética vida del padre.

Nicolas Sarkozy visitó a su esposa, en la clínica de La Muette a la caída de la tarde del miércoles. Pero tuvo que marcharse a Fráncfort, para entrevistarse con Angela Merkel y el presidente del Banco Central Europeo (BCE) una hora después, antes que naciese su hija. La niña nació cuando su padre se encontraba en la gran ciudad alemana , discutiendo de graves problemas financieros. Terminados los conciliábulos europeos, Sarkozy visitó a su esposa e hija recién alumbrada durante una hora la noche del miércoles al jueves. Para volver a visitarlas la mañana del jueves, durante otra hora, antes de seguir haciendo campaña electoral, en el departamento de la Mayenne, donde visitó una fábrica de productos relacionados con el medio ambiente, «Séché Environnement».

Los obreros de la fábrica donde Sarkozy hacía campaña le hicieron el primer regalo: un pequeño roble, que el presidente podrá replantar en el jardín del Elíseo o en una residencia particular. Visiblemente emocionado, tranquilo, quizá más delgado y menos crispado, el presidente comentó por vez primera el nacimiento de su hija: « Todos los padres me comprenderán . Ha sido un gran momento de felicidad, para nosotros. Felicidad privada, íntima, muy honda».

De vuelta a París, el presidente volvió a la clínica, para recogerse con su esposa y su hija, que todavía continuarán en la clínica algún tiempo. Nicolas Sarkozy, sin embargo, no tendrá ningún descanso. La llegada de su hija coincide con una grave crisis del euro, cimiento financiero de la Unión Europea (UE). Mientras madre e hija siguen cuidándose, hoy y mañana, el presidente deberá continuar negociando los incontables «flecos» de una cumbre europea, el domingo, donde está hipotecado el empantanado futuro de la Europa financiera.

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