No hay paz para los Pantoja: Kiko Rivera «rompe lazos» con su madre

«Estoy en un momento de mi vida muy jodido. Debería ir a un psicólogo. Algo tengo. No sé qué (...) Estoy triste, estoy decaído, no estoy feliz con mis metas. Quizá no esté al 100 por 100 con mi trabajo. Estoy en el subsuelo, en el puñetero subsuelo», aseguró. «Yo me siento decaído. No tengo ganas ni de vestirme. No tengo ganas ni de raparme la pu... cabeza. No tengo ganas ni de perfilarme la barba. No me quiero . ¿Cómo te lo digo? ¿Te lo digo en japonés?». Así de abatido se mostró delante de las cámaras antes de reconocer que, de no ser por su mujer, Irene, «seguramente no estaría vivo».

Lo que seguramente no esperaba el Dj era una llamada de su madre en pleno directo que, lejos de animarle, desencadenó un conflicto entre ambos. «Nunca vas a estar en el subsuelo. Eres una persona noble, eres una persona buena. Tienes una familia que nos morimos por ti», le dijo. Después, le dio un toque de atención: «No quiero que sigas hablando de esos temas, Francisco, eso te hace mal. Me hace mal. Quiero a mi hijo, al de siempre, al contento, al alegre... Hay una pandemia. Esto es importante . Lo tuyo, no». E insistió: «Nadie o casi nadie está trabajando en el mundo de la cultura».

Afligida por no saber de los problemas de su retoño previamente, le recriminó: «Me lo tendrías que haber contado a mí antes. Me he quedado trastornada. Porque eres mi vida, junto con tu hermana. Hazlo por ti, por tu mujer, por tus tres hijos maravillosos. Y, ya después, por mí. Tú, por el suelo, no. No tienes que estar triste».

Horas más tarde Kiko entendió las palabras de su madre como una forma de restar importancia a la situación -ella lo niega- y la acusó de no haber ido a visitarle tras su dura confesión sobre la depresión. Incluso su hermana, Chabelita , le echó un capote al hijo de Paquirri, pues es de sobra conocido que su relación con la tonadillera tampoco pasa por su mejor momento.

Lo cierto es que parecía que los últimos meses la familia había puesto fin a sus diferencias, sobre todo con Isa P, que ha estado bastante alejada de la familia durante el último año. Pero ahora ha sido Kiko quien ha roto los lazos con su madre, agotada del pulso constante contra sus hijos. «Estoy cansada de escuchar tantas mentiras , estoy muy nerviosa, yo me enteré de lo de mi hijo como todo el mundo a raíz de la televisión. Yo no digo que mi hijo no tenga una depresión, nadie quiere más a mi hijo e hija que yo, si mi hijo tiene una depresión quería darle a entender que hay una posible curación», dijo alterada en conversación con Ana Rosa Quintana.

Por el momento el joven se refugia en su mujer y sus hijas y, no sin excluir a su madre, insiste: «La familia unida jamás será vencida».