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Netflix reaviva las dudas en torno a la muerte del fiscal Alberto Nisman

El presidente argentino Alberto Fernández ha cuestionado esta semana que fuera asesinado

Alberto Nisman EFE
Guadalupe Piñeiro Michel

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El atentado contra la Asociación Mutual Israelita de Argentina (AMIA), que el 18 de julio de 1994 causó la muerte a 85 personas, es uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente de Argentina. Y, a pesar de los años transcurridos, el asunto todavía genera encendidos debates en las sobremesas familiares del país. El fallecimiento del fiscal Alberto Nisman -encargado de investigar el caso-, en enero de 2015 agudiza aún más la división que existe entre los argentinos: la mitad de la población todavía asegura que se trató de un suicidio, mientras que la otra mitad sostiene enérgicamente que fue asesinado porque era un peligro para el gobierno.

Para entender el por qué de estas dos teorías que dividen a la opinión pública, hay que remontarse al 14 de enero de 2015 -cinco días antes de la muerte de Nisman-, cuando el fiscal presentó en los tribunales una denuncia de 289 páginas donde resumía su investigación judicial y acusaba a Cristina Fernández de Kirchner de encubrir a los autores del atentado contra la AMIA . Tras ratificar su declaración, Nisman debía comparecer en el Congreso el día 19, que era lunes, para explicar sus pesquisas y presentar una veintena de archivos repletos de escuchas telefónicas que probarían la implicación de Kirchner. Pero el fiscal no llegó a presentarse en la cámara. El cuerpo de Nisman fue hallado sin vida en la bañera de su lujoso apartamento del barrio de Puerto Madero el mismo día 19. La autopsia determinó que se había quitado la vida a las dos de la madrugada del domingo 18 de un balazo en la cabeza . Tras examinar toda la casa, las autoridades no encontraron el material que involucraba a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

AFP

El suceso tenía todos los elementos propios de una ficción: una muerte inesperada, la Justicia involucrada, los servicios de inteligencia vinculados al caso y, sobre todo, la acusación a una presidenta que se frenó por el fallecimiento del fiscal. En vísperas del aniversario de la muerte de Nisman, Netflix estrenaba esta semana la serie «El fiscal, la presidenta y el espía», que narra la vida del fiscal su vínculo con la causa del atentado terrorista sucedido en la AMIA. Incorpora valiosos testimonios, como el de su mujer y madre de sus dos hijos, la jueza Sandra Arroyo Salgado . La plataforma también recoge el último giro de guión del caso, que ocurrió en 2018, cuando -tras un informe posterior realizado por 24 expertos de la Gendarmería-, la Cámara Federal de Buenos Aires concluyó en una sentencia que Nisman había sido asesinado por su investigación sobre el atentado y por acusar a Kirchner .

Lo que más ha llamado la atención del estreno del documental ha sido que aparece el actual presidente de Argentina, Alberto Fernández, que tiene a Kirchner como vicepresidenta . «Hasta el día de hoy dudo de que se haya suicidado», dice en el documental. Esas declaraciones las hizo Fernández en 2017, cuando todavía estaba distanciado de Kirchner. Esta semana, el mandatario argentino se desdecía en una entrevista al diario «Clarín», poniendo en duda el asesinato de Nisman y decantándose porque se quitó la vida: «Las pruebas acumuladas [fruto de la investigación de la Gendarmería] no dan lugar a pensar en que hubo un asesinato».

La versión de Kirchner

Lo que llamó fuertemente la atención de la prensa local cuando se conoció la muerte de Nisman, fue el cambio de discurso de Kirchner. La política se apuró a decir que se había tratado de un suicidio, antes incluso de que se realizara la autopsia. Pero con el avance de las investigaciones, la actual vicepresidenta modificó en varias ocasiones su opinión . A través de sus redes sociales, afirmó que no cabía ninguna duda de que se había tratado de un homicidio. «Lo usaron vivo y después lo necesitaban muerto. Así de triste y terrible», aseguró, al tiempo que lanzó una pregunta retórica: «¿Por qué se iba a suicidar alguien que siendo fiscal gozaba, él y su familia, de una excelente calidad de vida?».

Pero en «Sinceramente» -sus memorias , presentadas el año pasado-, Kirchner retoma su primera teoría y vuelve a insitir en que Nisman se suicidó : «No puedo dejar de preguntarme si la hipótesis del homicidio quedó debilitada». Un último cambio de postura que coincide con el que ahora ha dado su presidente.

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