Misa y bufet de Navidad para la Familia Real británica

En esta ocasión, el interés del publico congregado en torno al templo residía en saber si por vez primera el pequeño Príncipe Jorge acompañaría a sus padres , los Duques de Cambridge, a los oficios religiosos. Finalmente se quedó en casa, junto a su hermana, la Princesa Carlota . El año anterior, la Duquesa de Cambridge había disculpado la ausencia de su hijo porque era un niño «muy ruidoso»; en esta ocasión, nada ha trascendido al respecto.

Bajo una fina lluvia fueron desfilando los miembros de la Familia Real. Catalina de Cambridge, protegida bajo el paraguas que llevaba el Príncipe Guillermo, vistió un abrigo verde botella ceñido con un cinturón de piel . Lo adornaba con un magnífico broche de brillantes en forma de hoja. La duquesa de Cornualles , esposa del Príncipe de Gales, optó por un elegante abrigo gris oscuro con detalles en terciopelo negro, mientras que la condesa de Wessex , casada con el Príncipe Eduardo, se decantó por un estiloso traje-sastre en gris claro con un voluminoso cuello de piel.

Sin embargo, fue Isabel II quien llamó más la atención al exhibir una imagen bastante audaz . La Reina eligió un conjunto de abrigo y traje en color rojo vivo, rematado con el cuello y los puños en piel; todo ello a juego con el sombrero. Para protegerse de la lluvia, llevó el paraguas transparente que ha utilizado en más de una ocasión. Sin duda éste será uno de los conjuntos más comentados del colorido guardarropa de la Reina.

No faltaron a la cita navideña el Príncipe Felipe, marido de Isabel II, ni sus otros dos hijos , la Princesa Ana y el Príncipe Andrés, con sus respectivas familias.

Tras la misa y después de charlar con el público, Guillermo y Catalina de Cambridge no se sumaron al almuerzo en Sandringham y se dirigieron a su casa de Anmer Hall, donde estaban esperándoles la familia de la duquesa: sus padres, Carole y Michael Middleton, y hermanos James y Pippa . Los Duques habían pasado la Nochebuena con la Reina en Sandringham House, donde cenaron y se intercambiaron los regalos de rigor, que, a decir de la prensa británica, no suelen ser obsequios demasiado costosos.

En días anteriores, se vio a la Duquesa de Cambridge junto a su madre y su hermana haciendo algunas compras de Navidad en su tienda favorita, Peter Jones, en Londres.