Mickey Rourke protagonista de un sinfín de cambios

A sus 64 años, es aficionado a pasar por el quirófano. Desde su aparición, en la película el «Luchador» , por la cual estuvo nominado a un Oscar, el antiguo boxeador retomó su vocación. Costándole dos roturas de nariz, una de pómulo, y cinco reconstrucciones estéticas. En una de ellas, incluso, se extrajo cartílago de la oreja del actor para reconstruirle la nariz.

Los años de dedicación al boxeo se hicieron notar en su rostro, cada vez más dañado, las huellas de las peleas y luchas se empezaron a percatar y el actor recurrió al bisturí.

Ha pasado por innumerables tratamientos para cambiar de aspecto y ahora, en el estreno de la película «The Infiltrator» hemos podido apreciar la nueva transformación del antiguo boxeador. Bajo unas gafas de cristal oscuro y una peluca canosa, se ha presentado al evento.

La vida de Rourke ha estado llena de excesos , tras su último divorcio con su compañera de reparto en «Orquídea Salvaje» , Carré Otis , se encerró en un «mundo paralelo» lleno de alcohol. Los altibajos afectaron al actor, y no fue hasta su aparición en el «Luchador» cuándo volvió a destacar en su carrera cinematográfica. Tras este filme, engordó hasta los 113 kilos: «Un poco de esto, un poco de depresión, y después eres como un Elvis gordo», dijo abiertamente.