Las mexicanas que nos conquistaron

La famosa mujer mexicana, de genio y garra, pudiera iniciarse en María Félix, y llega hasta la cantante Thalía , o Salma Hayek , o Adriana Abascal . Thalía es como la mitad contraria de Paulina Rubio , otra mexicana de España, porque España es pasión en todas ellas, pasión que a veces a sido un poco domicilar, o un mucho.

María Félix trabajó con Buñuel , y se citaba no para hablar de tauromaquia con Luis Miguel Dominguín . Salma Hayek viene a menudo por aquí, y es amiga de agenda íntima de Penélope Cruz . Paulina Rubio es una diva de mucho tinte, una cabreada del sexypop, una rubia show. Se casó con Nicolás Vallejo Nágera , tuvieron descendencia, y el divorcio de conflicto está durando más que los años largos del matrimonio propiamente dicho. Algún amigo de Nicolás apuntó por ahí que Paulina era «una diva caprichosa», y cualquiera que se haya cruzado un rato con ella conoce su genio inolvidable, y de pólvora. Se diría que practica el cabreo como pasatiempo. Lleva el arrebato como otras gastan en bisuterías.

Salma Hayek es amiga de Penélope Cruz, como hemos dicho, y gasta un escote inolvidable y descomunal, según me reapunta siempre el actor Fernando Tejero , que trabajó con ella. Doy aquí un par de detalles made in spain, digamos, de Salma, pero ya antes sabíamos de su belleza salvaje, porque fue vampira de Robert Rodríguez , y que puede hacerse fea por un rato, según exigencias del guión de encarnar a Frida Khalo . Pero enseguida vuelve a parecerse a la que es: un soberbio ejemplar de dinamita morena.

Por cierto, que Frida Khalo siempre estuvo algo enamorada de María Félix, como su marido incandescente, el pintor Diego Rivera , que pintó desnuda de transparencias a la actriz.

Thalía es una cantante de soleada lámina que tuvo mucha apoteosis aquí, en una racha de Tele 5, y que casó con Tommy Motola , todopoderoso de su negocio de la música, «ex» esposo de Mariah Carey . Viene aún, sin tanto estruendo. Como Pau, como Salma. Y, preferiblemente, sólo hacen pareja de foto con su propio escote, porque estas mexicanas de estrellato no se meten un jet lag entre pecho y espalda para que un acompañante les robe plano.