Un menú sencillo para la boda de los futuros duques de Alba

En la que será, sin duda, la boda del año de la aristocracia europea se servirá un menú sencillo , pero con materias primas de primera calidad. Los novios han optado por tres platos que se coronarán con una tarta árabe, emblema de la empresa. Una delicia elaborada a base de obleas de pasta brick, crema pastelera, nata montada y almendra. No es la primera vez que los Alba confían en este catering, que se ha convertido en un referente de la jet madrileña por su distinción. Ciboulette dispone de una escuela propia de camareros y doncellas que ofrecen un servicio impecable.

Con esta elección dejan entrever que su boda , que se celebrará el 6 de octubre en el Palacio de Liria, será sencilla pero exquisita. Este paraíso arquitectónico de la Casa de Alba ya fue escenario de otros enlaces de la familia. El de la propia Cayetana de Alba con Jesús Aguirre, en marzo de 1978; el de Jacobo Fitz-James Stuart (63), conde de Siruela, con Eugenia Fernández de Castro en noviembre de 1980; y, en octubre de 2016, el de Luis Martínez de Irujo y Hohenlohe, primogénito de Alfonso Martínez de Irujo y Fitz-James, duque de Aliaga, con Adriana Marín .

El vestido de novia sigue siendo una incógnita, aunque todas las quinielas apuntan a que confiará en su tía, la diseñadora nupcial Teresa Palazuelo , una de las firmas de moda de la capital y para quien ella posó hace años promocionando una de sus primeras colecciones.

Precisamente Liria será uno de los escenarios del primer capítulo de «Lazos de sangre», que se estrena el 5 de julio, a las 22:40 en La 1 de TVE. El espacio, que a lo largo de una hora de duración y posterior debate recorrerá la vida de ocho sagas familiares de este país, arranca precisamente con los Alba. Como plato fuerte, Alfonso Diez , viudo de Cayetana . El exfuncionario ofrece la primera entrevista desde la muerte de ésta y abre las puertas de su domicilio de Madrid para repasar su amor por la desaparecida duquesa y cómo fueron sus años de convivencia. También participan el propio duque de Alba , que confiesa, entre otras cosas, que su madre nunca le dijo «te quiero»; y su hermano Cayetano Martínez de Irujo, quien con un desgarrador testimonio confiesa el desgaste emocional que le causó su infancia y sobre todo la perdida de su madre. Reconocen que el reparto de la herencia abrió una brecha en la familia, pero confían en la educación y en los valores de la saga nobiliaria a la que representan para recuperar la unión y el cariño familiar, también de puertas adentro. Que así sea.