Marichalar reaparece tras su salida del Museo de Cera

Fue en el cumpleaños del restaurador Arturo Fernández en el Teatro Real de Madrid donde Jaime de Marichalar reapareció en sociedad tras la confirmación de su divorcio con la Infanta Doña Elena. Hasta la fecha el divorcio casi había quedado eclipsado por la salida de Marichalar del Museo de Cera en un acto que se ha considerado de muy mal gusto y hasta humillante para el padre de los nietos de los Reyes. Ya desde el comunicado con el cese temporal de convivencia de los Duques de Lugo, el Museo optó por trasladar la figura de Jaime al burladero. Pero con el divorcio no lo quieren ni en el patio de butacas y de ahí esa bajada en carretilla hasta el sótano que además se hizo con convocatoria de medios para que todo el mundo pudiera sacar la imagen. El asunto ha sentado muy mal en todos los foros y de eso se habló en algunos corrillos de la fiesta de cumpleaños en el restaurante del Real. Arturo Fernández, aparte de ser un empresario de primera línea, es un hombre muy querido, al igual que su esposa Elena Rute. De ahí que a su convocatoria no faltara casi nadie, desde Aznar y Ana Botella al ex ministro Bermejo o la presidenta Esperanza Aguirre que fue con su marido Fernando Ramírez de Haro. La lista es de las que llenan de negritas las crónicas: Gerardo Díaz Ferrán, Adolfo Suárez Jr, María Luz Barreiros, Celso García, Pedro Balbé, los ex ministros Zaplana y Aceves, Alberto Aza, su buen amigo Salvador Santos Campano, que además fue quien le sorprendió regalándole el postre de la cena que consistió en una mousse de chocolate con menta y frutas; el vicepresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González y su esposa... La cena la firmó Andrea Tumbarello, con el que Arturo ha firmado un acuerdo para que el mítico restaurante de Madrid «El Amparo» (en el callejón de Jorge Juan) se convierta ahora en «El Amparo de Andrea». El menú tuvo un claro sello siciliano al consistir en aperitivos italianos (hubo focaccia y burrata) seguido por un pichón en salsa con guarnición de macarrones y todo aderezado con los mejores caldos. Los invitados entonaron el «Cumpleaños feliz» y unos guitarristas pusieron un emotivo broche musical.
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